Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 1 de febrero de 2017

La contracción económica necesaria en el gobierno democrático

La socialdemocracia ecologista deberá propender a la contracción económica, lo que aparejaría una depresión, pero ella tendría que ser hecha de buena manera, o sea, ser una contracción con inclusión social, lo que no podrá saltearse las etapas intermedias, en que habrá errores y malos proyectos, porque el gobierno está sujeto al orden social, en particular a la correlación de fuerzas sociales y al constitucionalismo, por lo que a esa vía productiva, que es racional y naturista, se la tendrá que ir legitimando críticamente a medida que progresa mal en algunos aspectos y bien en otros. El problema del socialismo es que la evolución humana depende de toda la humanidad, por lo que la regresividad y el malprogresivismo influyen permanentemente en el orden social y en el gobierno.

La dictadura del proletariado debiera ser entendida como el gobierno proletario, y éste debiera imponer al socialismo siendo lo menos injusto posible con las clases dominantes, pero además el gobierno proletario tendrá que ser reforzado con una legalidad acorde con sus intereses, y estar atento a las críticas, porque necesitará corregir sus errores y tener sensibilidad social, incluso para con los actores sociales malignos, cuya influencia podría ser sometida mediante la socialización de la crítica a sus maldades, cuya legitimidad requiere que el gobierno socialista sea justo.

No obstante, como la religiosidad es mayoritaria, y el capitalismo dominante, la ecosocialdemocracia atea tendrá que relacionarse críticamente con las fuerzas democráticas religiosas y, a la vez que soportar al capitalismo, buscar que sea reducido y que las naciones acepten la necesidad de deponerlo, de igual modo que tiene que establecer relaciones críticas con el socialismo antirreformista, porque sus miembros son seres humanos y porque es un aliado potencial, además de ser socialista. De acuerdo a la religiosidad vigente desde el Papado, los fieles católicos están adoptando un democratismo de capitalismo popular y ecologista, que debe ser apoyado críticamente para que concrete sus aspiraciones válidas, aunque esa concreción tenga fallas, y también según sea el asunto concreto, y para que acepte corregirse en lo que deba, lo que deberá ser tomado con paciencia. También habrá que saber qué sucede con la religiosidad extracatólica, para definir cómo plasmar el espíritu de esta propuesta en ella.