Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 10 de febrero de 2017

¿Qué liberalismo heterodoxo?

Hasta que no se haya reformado al constitucionalismo liberal, las naciones regidas por él tendrán que adoptar distintas variantes de su modelo, así que habrá que definir cuál, que no sea la del mal productivismo keynesiano. Tendría que ser un proteccionismo relaborado, que retome los aspectos positivos del keynesianismo, y reformule sus fallas, y tendrá otras tantas, a las que se deberá atender y corregir.

Las políticas socialdemócratas, que al igual que otros proteccionismos apuntan a la redistribución en vez que a la socialización de la propiedad privada, están coartadas por las constituciones, que la impiden. Para socializar los medios productivos o bien hay que violar la constitucionalidad, lo que implicaría confrontar a los ejércitos y policías, y demás fuerzas prosistémicas, o bien hay que reformarla. La unidad democrática de la izquierda tiene que ser moderada, a consecuencia del conservadurismo de las naciones. La izquierda, a la vez que sostener una relación crítica con las fuerzas democráticas religiosas moderadas, y en el marco del capitalismo, tendrá que atender al conservadurismo de las masas, porque la evolución humana depende de toda la especie y porque las masas deciden los resultados electorales. Hay que asumir que el mantenimiento de la religiosidad y del capitalismo es responsabilidad de las sociedades en su conjunto, no depende sólo de sus clases dominantes, por lo que no son sólo ellas el problema, sino que los oprimidos también lo son, y no sólo porque la falsa conciencia sea inculcada desde arriba, sino porque abajo se la replica, aunque eso sucede en crisis y cambiantemente, pero hasta ahora, desde la revolución industrial, las masas sostuvieron al capitalismo, con excepciones, y pocas veces cuestionaron a la religiosidad como tal, pero no así a algunos de sus aspectos que les perjudican ostensiblemente.