Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 12 de abril de 2020

Astuto el bichejo

Tiene la peculiaridad de que mientras se reproduce y esparce, al iniciarse el contagio, quien lo padece no tiene síntomas de la infección, por lo que anda contento relacionándose con los demás, de lo que la plaga se disemina rápido por la sociedad. Para vencerlo hará falta diferenciar la salud de la carencia de síntomas, estar alerta de que sentirse bien no implica siempre estar sano, que se puede estar enfermo sintiéndose bien, ya que a esta enfermedad se la transmite sin sentirse mal. De a decenas o cientos de miles de viruses se dispersan al hablar, al besarse las mucosas, al compartir vasos y cubiertos, bombillas, cigarros y así muchas otras cosas, que suceden en los encuentros sociales a los que se puede llegar sin haber tosido ni estornudado, cuando se los expulsa de a millones, o habiendo tenido otros síntomas leves, de los que son comunes cuando hace frío, como el dolor de garganta, que pueden haber pasado desapercibidos o ser despreciados por los prejuicios laboristas, o anulados con anestésicos, como la jaqueca, por lo que los obreros no pudieron recluirse como quisieron al sospechar, con o sin acierto, que portaban al coronavirus, causante de asfixia quizás no sólo por obstruir los pulmones sino también, y desde antes, por anular a los glóbulos rojos, que son los que llevan el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo, pero esto a los empresarios también les pasó, aunque fuera distinto: que no pudieron cesar su actividad laboral tal como quisieron por haberse sometido a contratos económicos de curso legal, siendo la ley mal exigente por fundarse en la idea del sacrificio entendiéndolo como culto a los dioses en vez que como desangramiento, con las derivaciones que eso tiene en la moral que perjudica y en las opiniones que se vierten según ella al discutirse sobre las tareas. Aparte de la neumonía y de los daños al hígado, el cerebro, los ojos, el ano, los miembros sexuales, u otros órganos a los que puede afectar este virus en las fases previas a la muerte, que los hay muchos en los casos graves, su dureza causa que las defensas inmunitarias se agoten a lo largo de semanas de combate, dándole ventaja a los otros gérmenes que se establecieran en los cuerpos, los que son atacados por los glóbulos blancos, a los que, debido a esto, pueden vencer para restablecer colonias, así como a los externos, a los que se adquiere seguido durante la vida, por lo que curarse, a partir de que la enfermedad parece cesar, cuando se pierden los síntomas, exige un tiempo extenso de descanso, durante el cual se debe exponer poco a los microorganismos, para recomponer el sistema inmune, que depende de la llamada vagancia, aunque ésta no sea un tiempo vacío, porque inmune quiere decir "sin tarea". Al descansar se potencia el sistema inmune, que es necesario para vivir y para no contagiar mal, así como la disciplina cierta, que depende de la sociedad porque la conducta individual es compelida socialmente, aunque no del todo. Así que el capitalismo, tal como es, no puede dar una respuesta muy buena para superar esta pandemia, como tampoco al resto de las enfermedades, porque, como está mal ideado, nos causa explotación, esto es, padecimientos graves, a los seres humanos, de lo que es preciso cambiarlo lo suficiente y con urgencia. Para salir bien de la crisis la humanidad deberá resolver bien sus patologías ideológicas y las del resto de su práctica. En tanto que no lo haga, sus factores malignos persistirán, y le causarán daños a los que no querrá, por lo que, antes o después, los tendrá que abordar bien, ya que mientras que no lo haya hecho sufrirá penas evitables.

Por eso es que sería mejor que se autorizara cierto receso laboral durante la pandemia, uno relativo, para que la humanidad descansara lo que pudiera, guardara parte de su fuerza y la dedicara a enfrentar la peste, que demanda tareas específicas de aprendizaje, sanidad y enseñanza.

Léase la definición de "inmune" en las Etimologías de Chile, que concuerda con la del diccionario etimológico de latín de Segura Munguía.