Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 12 de abril de 2020

Va a hacer falta mucha financiación

En el hemisferio sur el brote de coronavirus puede que persista fuerte hasta la primavera, por lo que las políticas asistencialistas necesitarían de financiación por cinco meses al menos, que debiera provenir de los ahorros de los multimillonarios, ya que los tienen de sobra y no los necesitan para sobrevivir, además de que su adquisición se basó en una ley injusta.

De no aumentar mucho la cantidad de enfermos durante el otoño y el invierno, igual la salida de la cuarentena debiera ser lenta, por lo que las partidas prespuestarias serán necesarias. El dilema no debe ser entre la economía y la salud, sino entre la salud y las grandes fortunas. La salud depende de la economía, por lo que la economía debe funcionar bien a un nivel básico, y el lugar primordial de dónde sacar la plata que hará falta es de los mayores ahorros, porque los excedentes populares son escasos luego de medio siglo de ajustes privatizadores recurrentes, y muy menores en comparación a las grandes riquezas, que si bien no son fáciles de embargar tampoco es que sea imposible. También está la posibilidad de emitir moneda con control de precios, para cuya inspección y denuncia se tendría que convocar al pueblo, pero eso no alcanzaría si no se vigilara también a los grandes formadores de los precios, que son los mono y los oligopolios.

No obstante, habrá que estimar bien la influencia del frío en el contagio del coronavirus, ya que, según lo que averigüé, que no sé si es suficiente, no incidiría mucho porque las personas estaremos aisladas, por lo que nuestros sistemas inmunitarios no se debilitarían mucho al combatir con los otros gérmenes, debido a que no les incorporaríamos en grandes cantidades a consecuencia de nuestra distancia, es decir, que habría que preservar el confinamiento para que nuestra defensa inmunitaria contra los gérmenes no sea muy exigida, de modo tal de que esté firme para luchar contra los coronaviruses, que son bastante resistentes a nuestras defensas porque, como son viruses nuevos, nuestros cuerpos no han generado los anticuerpos específicos para ellos, cosa que cambia después de la primera infección, cuando ya se hace un aprendizaje inmunitario que previene contra las infecciones futuras, aunque no de forma absoluta, pudiendo haber recaídas, o recontagios a mediano y largo plazo. De todas formas esta teoría es provisoria. Habrá que estudiarla con los datos empíricos.