Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 23 de abril de 2020

De que la vida surge de lo muerto

Los seres vivos nos componemos de materia inerte, es decir, que los corpúsculos de que nos formamos están muertos. Nos componemos de partículas sin voluntad, pero que la generan. Entonces, somos algo muertos. De hecho, no todas las actitudes vivas tienen el mismo valor vital. Las diferenciamos como más y menos vivaces, pero siempre son actitudes de seres vivos. ¿Qué las distingue? Las distinguen, por ejemplo, sus sentimientos. Las más vivaces son más alegres que tristes, y más movedizas que quietas. Son más reproductivas y recreativas, las más felices, pero dependen de lo muerto para ser. Si no hubiera materia inerte, la vida no existiría, así como la alegría sale de la tristeza. Entonces, para ser feliz se debe entender bien a la muerte, pero además la felicidad no siempre es buena, por lo que se la debe honrar, lo que en términos sociales depende del suficiente socialismo.

Para vivir hay que capturar cosas. Todas las especies vivientes lo hacen, sea el agua, el aire, la tierra o la luz, antes que otros seres vivos. La captura es necesaria para la reproducción de la vida, por lo que los sistemas sociales de las especies vivas son captantes, y tienen alguna toma de partido a favor de la captación, de lo cual el capitalismo es necesario, pero el vigente no es lo suficientemente honrado, por lo que merece cambiar, y lo requerirá mientras que no sea lo bueno que deba. De ahí que la humanidad deba evaluar bien su captura, cosa que depende de la verdad de su cosmovisión. El socialismo no dejaría del todo de ser capitalista, porque durante su transcurso habría quienes defendiesen al capital, y con algo de buena razón, ya que, si se dejara de captar, la especie perecería. Tampoco es que el capitalismo sea necesariamente malo, ni el actual lo es del todo, pero tiene calamidades tremendas, espantos idiotas, horrores prescindibles que causaron penas muy hondas, que se relacionan con el ideario social, ya que éste guía a la práctica del género con la ley de los ejércitos, que es la de nuestra propiedad. La apropiación es la toma de bienes, y tiene consecuencias mediatas, es decir, que la tenencia de los bienes también debe ser juzgada a largo plazo, ya que no se agota en su consumo pronto, sino que tiene consecuencias, y se da de manera social. El punto central es que, para que la apropiación humana sea justa, el orden social debe ser verdadero, y la humanidad querrá que sea justa porque su felicidad dependerá de eso. Aquí hay una disyuntiva entre la búsqueda de la salvación del alma después de la muerte y la obtención de la felicidad durante la vida, la cual, bien lograda, dejaría un buen recuerdo entre sus sucesores, es decir, que la apropiación justa permitiría tanto la buena felicidad como la salvación de las almas, al no ser repudiados las mujeres y los hombres a los que pertenecieran por haber tenido ellos una apropiación justa mientras que vivieron, aunque la justicia no sea absoluta, ya que para vivir hay que matar.

El consumo también es laboral, ya que al usarse a los instrumentos de trabajo se los consume, así como la distribución de los productos no termina en los comercios, ni empieza en los vehículos, ni la producción es sólo fabril, o empresarial. El esquema de creación, transporte y uso de los bienes es inexacto, por lo que debe ser complejizado, es decir, que se lo mantendría en mejores términos, quizás suficientes si se acertara como se debe la comprensión del asunto. Es un esquema mercantil, o sea, que tiene al fetichismo inserto, cosa que dificulta el entendimiento social. Empieza en las empresas, los sitios de trabajo en que se fabrican bienes transables, a los que, luego de su compra, se lleva y usa. Está determinado por la puesta del precio, la representación del bien vendible en dinero, a la que se estima según las ideas e intuiciones que se tengan, relativas a la prensa, las universidades, el clero y el gobierno, algunas de las grandes instituciones, junto a las mayores empresas agrícolas e industriales, el ejército y los hospitales, entre otras, como las escuelas, los bancos y los clubes. La captación de bienes monetarios estructura el orden social, pero se vincula al credo y a la ley, por lo que, para que aquélla sea más o menos justa, éstos deben ser verdaderos lo necesario.