La moralidad es el conjunto de las prácticas gratas, entre ellas las del pensamiento sobre el deber ser. El problema de las morales eclesiásticas es que, como definen al deber ser según los grandes relatos religiosos, en vez que por la lascivia buena, inducen a prácticas ingratas: por eso son morales falsas, disgustantes e incumplidas. Habría que tener en cuenta que las personas, cuando somos tratadas bien, gozamos de trabajar y de servir a la sociedad.