Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Crítica de las comparsas de candombe

Un problema serio de las comparsas de candombe es que adoptaron un formato espectacular, que les predispone la dinámica social para dar shows, cosa que les tara la improvisación de la socialidad libre para el divertimento, lo que las desgracia. Las comparsas debieran priorizar la sensibilidad y la integración sociales a la falsa calidad artística, ya que eso les permitiría liberarse de las trabas para jugar libremente, lo que les haría sentirse más felices, y a su vez interactuar mejor con el entorno barrial en el que se desempeñan. En particular, habría que prescindir de las coreografías, o limitarlas a su improvisación espontánea, porque sujetan a las bailarinas e impiden a los transeúntes insertarse en el baile, porque ellos no conocen los pasos prepautados para aquellas y porque suponen que, en tanto que hay un plan artístico preparado, el público no se puede meter.

De manera parecida está trayendo problemas la lógica competitiva de las llamadas de candombe, porque las comparsas se ponen a compararse entre sí, y desfilan separadas, lo que desfavorece a la socialidad, aparte de que organizar encuentros muy reglamentados lleva mucho esfuerzo: más fácil sería convocar a llamadas en las que los participantes ensamblen y bailen de improviso y según el momento en que llegaran. Serían fiestas candomberas de participación antojadiza, y lo mismo vale para otros géneros del juego danzístico. Más aún, se debiera convocar a encuentros lúdicos de participación libre, sin que necesariamente haya que ir con los instrumentos del género que fuere.