Por más que sea obvio, enuncio que, como el objetivo de la filosofía es la felicidad humana, y ella depende de la práctica de la humanidad, se debe socializar la filosofía para que la humanidad, en tanto que verdadera, sea buena. Eso aparejaría la reforma productiva insinuada y explicitada parcialmente por el socialismo, pero para eso la filosofía tiene que ser veraz.