Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 21 de octubre de 2016

Crítica al paradigma inclusivo

Al menos algunos de los gobiernos progresistas latinoamericanos intentaron implementar políticas inclusivas, en tanto que el liberalismo privado las ejecutó excluyentes, que expulsaron del sistema capitalista a franjas del empresariado y el asalariado, llevándolos a la subsistencia y a la desocupación, pero el intento no pudo ser exitoso, porque, si bien fue bien intencionado, le faltó razón, en tanto que el liberalismo popular no comprende el origen teista del capitalismo, por lo que no atendió a su perversión básica, aparte de que la resolución de la crisis humana precisa de que la razón sea social, en tanto que la práctica humana es conjunta, es una copracticidad planetaria. Es necesario incluir a todas las personas en el sistema social vigente, pero eso requiere que la humanidad asuma la verdad explícitamente, porque sino la perversión la lleva al sabotaje, tan presente durante el gubernatismo progresista latinoamericano, que tuvo que adaptarse al constitucionalismo liberal y reprodujo al capitalismo, apenas cuestionando al capital alto, el de las grandes empresas y las finanzas, que cometieron una práctica lesiva para la humanidad que sigue vigente. La cuestión, a nivel mundial, es qué bloque histórico producir para atender las demandas sociales a la vez que reformar la legalidad vigente, y cómo acelerar al reformismo constitucional, que es revolucionario, así como definir qué reformismo debiera ser, ya que no todo el reformismo es bueno, y las fuerzas democráticas religiosas de ese bloque pugnarían por reformas pietistas, acordes con sus credos, y poco críticas con el capitalismo, ya que adoptan la postura del capitalismo humanista, como el del papado, que apunta a un pietismo de capitalismo popular. Habría que saber qué proyectos societarios pretenden el protestantismo, el cristianismo ortodoxo, el islamismo, el judaísmo y las demás religiones. La reformista es una lucha que el socialismo dará en simultáneo en las distintas circunstancias nacionales, que evolucionan contemporánea y diferenciadamente por país y región, con sus divisiones intradistritales y sus contraflujos, pero el cuestionamiento cierto al teismo tendrá que estar, porque éste pervertirá la política de los fieles mientras rija, por la politicidad religiosa, y aceptó al modo de acumulación capitalista, aunque con críticas insuficientes. El socialismo debiera adoptar una postura de apoyo al democratismo religioso pero de crítica a su carácter y a sus modelos, en tanto no pueda superarlo y gobernar, e incluso así tendrá que criticar a la religión mientras que dispone de la socialización de las naciones desde el gobierno, lo que sería atacado permanentemente por el idealismo capitalista. Habrá que responsabilizar a cada quien de su práctica, en tanto que el buen comportamiento es un deber humano de cada quien, lo que es difícil por la histeria.