Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 7 de marzo de 2017

Lógica abstracta y lógica concreta en el capitalismo

La operatoria capitalista contiene una separación mal resuelta entre la lógica abstracta, la de los pensamientos puros, y la lógica concreta, la de los referidos a objetos exteriores al ser humano que los piensa. Esta separación tiene un relación íntima con el teísmo, porque el teísmo llevó a pensar en una abstracción falsa, en tanto que se toma por absoluto a un ser que es una creación de nuestra imaginación, y se deriva de ese principio una serie de morales más o menos aparentes a las que los religiosos pretenden hacer regir en todos los aspectos de la vida humana, lo que genera disputas seudomoralistas y violencias recurrentes. En la operatoria capitalista este procedimiento se repite, pero en vez que hacerse con respecto a la idea de dios se lo hace según las ideas, subordinadas históricamente y a veces en conflicto con aquélla, de los cálculos financieros y sus anexos concretos: los costos de producción, los materiales, la fuerza de trabajo, la legislación, los sindicatos, la coyuntura política y demás; pero la lógica es la misma, la de priorizar abstracciones mal planteadas por sobre la concretud extralógica, violentándola. La concretud tiene que ser bien reconocida, y obedecida en lo que quepa, para que la práctica productiva sea consensuada, lo que requiere que la razón sea sensible, corporal, social y ambiental, o sea, materialista e histórica, en vez que idealista y capitalista. Los capitalistas, en general, ejercen una seudofilosofía idealista, liberal y privada, según la que ordenan su vida y sus negocios, con variaciones de facto.

A nivel político esta lógica se repite, porque la ideología, la ley y las costumbres de los políticos están atravesadas tanto por la religiosidad como por la cultura capitalista, que les impiden, en cierta medida, reconocer la realidad lo debido, y en particular los reclamos sociales, a los que denegaron muchas veces, y hubo otros reclamos, individuales, a los que no llegaron a tener en cuenta, porque hay quienes no tienen el poder de organizar una manifestación. A nivel económico, a la ideología religiosa y capitalista se agrega la mercantilización como factor tarante de la práctica, que implica que los empresarios y los trabajadores tienen que estar concertando su convivencia con un montón de cálculos matemáticos de por medio, que les cuestan y a los que no siempre saben hacer, ligados a su vez a las leyes y al manejo dinerario. De allí que haya asuntos a los que no pueden resolver satisfactoriamente, y eso sin mencionar las ansias de enriquecimiento falso y de mala dominación. A la juridicidad le sucede algo análogo.