Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 7 de marzo de 2017

El Metrobus y la ignorancia de algunos vecinos

Yo no tengo pruebas para aseverarlo, pero seguro que el Metrobus fue una estafa, conociendo al macrismo debe haber sido así, además de que sacaron los palos borrachos que hacían sombra y refrescaban las plazoletas, a los que reemplazaron por unos brotes de árboles que apenas aplacan el calor y el sol directo en el verano. Hubimos personas que estábamos encariñados con esos viejos palos borrachos, que eran patrimonio arbóreo de la ciudad, a quienes el argumento de que los transplantarían nos cayó pésimo por lo mal intencionado: era una excusa para justificar su quita. Además, ahora, cruzar la 9 de Julio es más incómodo que antes, algunos viejos y lisiados ya desistieron de hacerlo, y mi abuela Beba la cruzaba en taxi, se tomó un taxi desde la vereda de Cerrito hasta la de Carlos Pellegrini, y habrá tomado otro para volver, o sea, que empeoró la fragmentación social de los barrios linderos a la avenida, junto con la contaminación sonora y airífera, la del aire. Para cruzarla hay que caminar apurado, deteniéndose en paradores angostos, donde a los peatones les pasan los automóviles rápidos a medio metro de sus espaldas y de sus narices, y dando bocinazos y aceleradas motociclísticas. Asimismo, tampoco se sometió el asunto al consenso social. De repente arrancaron con la obra, y a los que no la queríamos nos violentaron, y no sabemos de su operatoria financiera, ni administrativa, ni cómo trataron a los obreros, ni a quiénes subcontrataron para la movida, pero lo que más escuché decir del Metrobus es que ahora los colectivos andan más rápido. Esto habla del Metrobus de la 9 de Julio, pero hubo unos cuantos más. También los instalaron en Bogotá y en Santiago de Chile. El Metrobus es un sistema de transporte que se pliega a una política dedicada a hacer negocios y dar respuestas superficiales para la cuestión del transporte, sin enfrentar la problemática urbana de verdad.