Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 10 de marzo de 2017

En una de esas Demetrio me rompió las rodillas

Yo ya lo digo preocupado de que los anarquistas vuelvan a atacarme, ya que algunos lo vienen haciendo desde hace 15 años, sino más, pero tengo sospechas fundadas, aunque insuficientes, de que Demetrio Szachraj, el ex casero de la quinta en que vivo, entró al cuarto de herramientas y me aflojó dos veces la cadena de la bicicleta, antes de que muriera después de que yo publicara una nota en su denuncia, que deduzco que la leyó por un comentario alusivo que me hizo en los días siguientes, y a la que después borré para que no quedara escrachada Marisa en la internet, y le pedí a los del buscador que la sacaran sin que me hicieran caso; por aquello, se me salió la cadena y me lesioné con osteocondritis rotular en ambas piernas. Sé que los nihilistas se van a poner contentos de enterarse, pero igual lo publico. Así que, los que me quieren, háganse cargo de que corro riesgos, porque me maltrataron en vano gente universitaria, que no es que les faltaran propiedades para vivir, como quien juega a la guerra, que no es saber jugar bien. La humanidad es sociópata, enfermiza en el sentido de lastimadora, y los universitarios y militantes también lo son, pero en tanto que progresistas no pueden permitirse la violencia mal moderada. Cuando los nihilistas la cometieron, fueron degresistas, porque tomaron por progreso a lo que es el seudoprogreso ideocapitalista, que tiene sus bondades, y por impostores le hicieron la contra, lo contrariaron por contrariar, aunque con algunas razones, que son menores, porque la humanidad tiene que progresar, en el sentido de evolucionar para vivir bien. Vivir en crisis no es vivir bien, y la humanidad es crítica, en que analiza su historia para enfrentar su sociopatía grave, pero la crítica moderna dominante es insuficiente, porque la religiosidad y la capitalosidad la tornan superficial; pero me fui de tema, y tal vez la cadena se me haya salido porque se le aflojaron los eslabones al empezar a usarla. En todo caso, Demetrio me hubo acechado desde hace por lo menos 15 años. Padeció un trato desidioso por parte de su ex patrona, la abuela Beba, a consecuencia de su sobrepropietarización hereditaria, entre otras opresiones, y estuvo algo mal educado.

Dejé de ponerles los apellidos a los nombres porque los buscadores internéticos los publican.

El nihilismo es una corriente filosófica basada en la idea de la nada, niega la realidad pretendiéndola reducir a la nada, pero la realidad es igual, aunque sea mal criticada mediante el nihilismo. Fue impulsado por Gorgias, estuvo en el escepticismo decepcionante de Pirrón y siguió en sus discípulos, y en la modernidad fue retomada por Nietzsche y por Heidegger, y de allí pasó a una corriente anarquista en la que estuvo Camus y otros tantos sádicos, luego foucaultianos y deleuzianos, ahora creo que están con Jean Luc Nancy y con Jacques Derrida, propensos al nihilismo, que terminan haciendo mal porque están mal conceptuados, pero las otras corrientes filosóficas también tuvieron sus maldades, o sea que el asunto de cómo comportarse y qué hacer para que se ordene bien la humanidad es difícil de dilucidar y, en sus peores momentos, los psicópatas pueden romper la salud humana a propósito. No es algo inteligente, y cada quien tiene conciencia y los sentimientos relativos a la reflexión sobre la propia conducta, aunque la comprensión no nos ande siempre bien. El buen comportamiento es responsabilidad de cada quien, y aunque estemos medio locos de mala forma todos lo juzgamos según nuestro interés natural. El juicio humano es natural porque los humanos somos naturales, queremos preservar nuestra integridad animal, y gozar, pero se lo pervirtió en malos razonamientos, que explotan. Las creencias, como los otros malos juicios, explotan porque llevan a malas prácticas, que lesionan, y son tanto individuales como sociales, por lo que hubo malas prácticas sociales, como las guerras y la especulación financiera. Los nihilistas, como cualquier universitario que se precie de ser buen humano, y cualquier persona en general, tienen que criticar bien, porque su vida también está en riesgo, y si se evaden con estupideces son inmaduros, y hasta podrían pretender indiferencia ante la efectuación de una tercera guerra mundial, y de otras tantas maldades humanas de las que hay mucha gente que no puede ocuparse. ¡Los pueden cagar a trompadas! La crítica nihilista es desidiosa, lleva a la degeneratividad y se evade de abordar muchos de los problemas históricos, porque prefiere no comprometerse en política, para envanecerse en la filosofía literaria, que se restringe a unos pocos de ellos, y sabotea al socialismo: debiera encontrar la manera de politizarse justamente, pero para eso tendría que dejar de ser nihilista.

El socialismo tiene que ser autocrítico siempre, porque siempre se equivocará, pero a la vez tiene que seguir siendo socialista, para bien de la humanidad y del resto de la naturaleza.

Demetrio fue anarquista y cínico, seguidor de Diógenes de Sínope, y en los sesenta integró el Movimiento Anarquista Universitario, según me dijo mi viejo, que lo salvó una vez, en los ochenta, cuando se durmió con un cigarrillo encendido y se le incendió la casa.


Anexo

A continuación, van, retocadas, las notas que hube borrado antes, publicadas cerca del 7 de junio de 2016.

Unos anarquistas me han de haber explotado


En tanto que la explotación es el reviente, la acción que somete a las personas a prácticas que nos lesionan, cuyo subproducto en las empresas capitalistas es el plusvalor, la explotación excede a la economía capitalista, es general en los sistemas sociales actuales. La explotación es el maltrato grave.

Yo soy quién para decir que los anarquistas son explotadores, porque padezco traumas psicológicos que supongo me fueron causados por algunos de ellos, traumas que además me dificultaron el cuidado de mí mismo, lo que, junto a otras causas, me aparejó otros problemas de salud, en particular una intoxicación por una celiaquía a la que tardé en hacerme diagnosticar, un acúfeno y dolores en las rodillas y la planta del pie derecho, aparte de un mal consumo de drogas ya superado.

Los anarquistas, que tanto se llenan la boca para denunciar la explotación ajena, también tendrían que reconocer a la propia, además del hecho de que en la educación pública, en la que algunos ejercen de maestros, y de buena manera muchas veces, los estudiantes realizan tareas, en ocasiones bajo su dirección, durante doce o veinte años, más o menos, por las cuales no cobran un centavo, es decir, que los maestros anarquistas son patrones de estudiantes que trabajan gratis. Es un problema que ellos no pueden resolver y del que no tienen la culpa, pero al que debieran admitir, ya que se la pasan hablando mal de los patrones siendo patrones ellos mismos, y cometieron miserias peores. En particular, mi abuela tuvo una quinta cuyo cuidador fue un anarquista llamado Demetrio, quien me parece que confabuló con Christian Ferrer y otros de los suyos, como Américo Cristófalo, para infundirme serios malos tratos por haber sido yo nieto de su ex patrona. De haber sido así, yo debiera responder que al haber yo sido estudiante de la materia de Christian Ferrer, y Demetrio mentor suyo, él se constituyera para mí en un superpatrón, en jefe de mi maestro universitario, que me acuerdo que en uno de sus teóricos nos acusó a los estudiantes que vivíamos de rentas, lo que era mi caso por provenir de una familia de rentas inmobiliarias, que no son capitalistas sino de subsistencia alta, cosa que no es para hablar en un teórico y que me fue impuesta por la ley de herencia, a cuya reforma los anarquistas impidieron por haber sido antirreformistas. Y eso no dice nada de los malos tratos que habrían dado Marisa, una ex novia que tuve y que me habría engañado sexualmente y en vano, sin haberme pedido disculpas jamás por lo que me hizo sufrir, por la mala educación amorosa del orden vigente, que algo la tenemos todos, junto a Daniel Alvaro, un ex amigo que la habría seducido delante mío, me habría mentido cuando les dije que ellos querían acostarse, tampoco me pidiera perdón y me habría acosado con un grafiti frente al CLACSO, donde yo trabajaba, así como se la pasó recibiendo premios al mérito académico durante el kirchnerismo, a cuya calidad cuestiono porque lo conozco personalmente y porque su tesis no reconoce que la socialidad pre y extracapitalista también tuvo sus miserias, al menos en lo que leí, que es su artículo del número 32 de la revista Sociedad. Hasta es errado que Marx haya aceptado eso de que la comunidad es buena y la sociedad mala, ya que no siempre Marx le adjudicó connotaciones negativas a la sociedad. De hecho, el proyecto comunista no es el de volver a la edad media, sino el de crear una comunidad buena a escala planetaria, y hasta basada en los logros capitalistas rescatables. Y el Estado medieval era una turrada tremenda, que tenía a la gente reprimiendo sus sentimientos para servir a la monarquía, a los dioses o lo que fuera, aparte de haber reventado a las naciones de las colonias.

La siguiente es la fotografía del grafiti de enfrente de CLACSO, que remite, por sus colores, al número 5 de la revista Artefacto, de la gente de Christian Ferrer, en que pienso que se me defenestró, por lo mal que me hizo sentir, cosa que averigüé lo suficiente pero no tanto como para ser conclusivo lo que quisiera, porque las preguntas que hice no me fueron bien respondidas, y no recibí explicaciones espontáneas por parte de mis conocidos de la comunidad universitaria, lo que también me da para dudar sobre mis sospechas. Estoy seguro de que Daniel Alvaro habría escrito ese grafiti porque se lo contesté, con dedicatoria y firma, a la vuelta de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y luego apareció un pasacalles frente al CLACSO, al modo de una respuesta a mi contestación, al que las monjas del convento de clausura de ahí enfrente hicieron sacar a los pocos días. No obstante, es verdad que yo a veces lo maltraté a él, como cuando le regalé un número de esa revista con una dedicatoria alusiva, y una fotografía mal conducente, pero esto último sin mala intención.




Mi interpretación del grafiti es que Daniel Alvaro me mandó a comer mierda por tener el kirchnerismo apoyo masivo, ser kirchneristas las autoridades del CLACSO de ese entonces y ser yo crítico del kirchnerismo ˗recuerden que el kirchnerismo se designó a sí mismo como la “mierda oficialista”, a lo que alude la expresión “KK”˗, aunque en realidad mi postura era la del apoyo crítico. Esa provocación no fue desatinada, ya que la gestión de Pablo Gentili, al asumir, se encargó de desguazar al OSAL, el programa en que yo trabajaba, y me mandaron, peleas de por medio en que yo también me comporté algo mal, a ordenar el depósito de libros, lo que hice unos meses antes de renunciar en el invierno de 2013, a cerca de un año luego de pintada la chicana. Podría haberles hecho un juicio por rebajarme el cargo, pero no necesitaba la plata, y eso no hubiera resuelto el problema principal, que, además de las agresiones que recibí, o lo mal que me sentí por lo que yo interpreté como agresiones, es la persecusión al ecosocialismo y al movimientismo hecha por los progresistas gubernamentales, que ahora vuelven a impulsar al movimientismo, porque fueron desplazados de algunos de los gobiernos, pero que no están dispuestos a aceptar que se les manifieste en crítica si los retoman, porque su proyecto emancipatorio es limitado y porque son soberbios para aceptar sus errores. Quiero expresar, para que se sepa, la bronca que sentí al saber que Eduardo Galeano estaba en la asamblea general de CLACSO en México DF mientras que a los que luchábamos contra el extractivismo, el saqueo de las venas abiertas latinoamericanas, se nos denostaba incluso dentro del consejo.

Le escribí el año pasado un correo electrónico a Demetrio, a quien conozco desde que nací, explicándole el asunto de la revista Artefacto, y a los pocos días de eso encontré tirados, en el fondo del jardín de la quinta en que vivo, la que él cuidó y que linda con el terreno de su casa, un cuchillo, como quien dice “andá a cortarte las venas”, y un playmobil y dos piedras chicas esmaltadas, una celeste y otra blanca, evocativas de la tapa del número de la revista en cuestión, cosa que tomé por una confirmación de mis sospechas, las de que quienes eran obsecuentes con los gobiernos kirchneristas me trataron de títere, y de cornudo también, cuando lo que hubiera correspondido es que me dijeran las cosas de frente y explícitamente, y tuve que moderar mis expresiones por temor a, en vez de recibir una respuesta sincera, ser enjuiciado por injurias en procura de guita. Los anarquistas también son responsables de las consecuencias de las posturas políticas que adoptan, de las buenas y de las malas, y también, si mis sospechas fueran ciertas, tendría que criticar a la comunidad universitaria que, a sabiendas del mal trato que hube recibido, no salió en mi defensa, o no me lo hizo saber, lo que es un menoscabo a la solidaridad, pero tal vez me haya equivocado y mi interpretación de la cuestión no sea la que pensé. De eso alguien me tendría que decir algo suficiente alguna vez, aunque no lo pretenderé.

En esta historia tuvo lugar la tesitura sádica, nietzscheana, batailleana, foucaultiana y deleuziana, y el cinismo en general, con eso de pelearse literariamente como un divertimento aristocrático, crítico del racionalismo capitalista pero derechizado, que habría convertido en lacerantes a los anarquistas, que quedaran indiferentes a la opresión de los gobiernos progresistas y reprimiendo a quienes sí la criticábamos, mientras que se habrían aprovechado de que yo estuviera sometido a los imperativos estudiantiles y laborales. Habrían sido unos capataces lacerantes para mí, basados en una impostura política intelectual. Otro punto es que mientras que hacía mi tesina, en 2006 y 2007, con el consumo excesivo de marihuana que me hubieron provocado los nervios por la lectura de esa revista y de algún que otro artículo de otro lado tras mi separación amorosa, tuve el delirio persecutorio de que mi tutora, Felisa, me insultaba continuamente, lo que me duró algunos años, pero no sé si ella me habrá pensado algo así en realidad, o si me odiaba entonces además de quererme.

Atacar para luchar contra el sometimiento es un contrasentido, como guerrear por la paz, y ahora a la injusticia la padecemos todos, ya que la aristocracia volvió al gobierno. Preferiría que hablaran conmigo alguna vez, aunque temo que sea en vano por el trato que hube recibido hasta ahora. En ese caso tendrían que saber que la guita no vale lo que los sentimientos agradables, a los que no se consigue con trampas.

La marihuanomanía que padecí entre 2002 y 2008, más o menos, no se debió únicamente a los traumas de mi separación de noviazgo ni a la lectura de esos artículos, sino también al aditivo que le ponen a la marihuana, supuestamente pis, que provoca dependencia fisiológica por contener amoníaco, y a la celiaquía, porque encontré en esa droga un medio para superar la depresión que me causaba la malnutrición debida a las lesiones intestinales de la intoxicación glutémica.

Demetrio me invitó a hablar una de las últimas veces que hablamos, pero no quise hacerlo porque no sé que fuera a ser sincero conmigo.

El cinismo tiene elementos libertarios, es un materialismo mal definido, y también es cruel. Hay que reconocerle sus aciertos y sus maldades, y exigir su superación mediante un materialismo bien educado, de igual modo que hay que reclamarle buena educación a quien sea que le falte. Está mal definido porque los cínicos aceptaron la descalificación que les perpetraran los esclavistas griegos, que son los que les pusieron ese nombre, en vez que definirse por sí mismos: adoptaron el nombre que les dieron los opresores altos, que los frustra porque es una descalificación. Es como aceptar ser llamado puto, o puta, por ser homosexual o amar sexualmente a varias personas. Se tiene que tener en cuenta que, como la historia humana es violenta, el lenguaje humano y sus palabras están algo falseados.


Una que me quedó en el tintero

Perdóneseme lo anticuado de la expresión, pero quería decir que una vez, por medio de la lista del correo electrónico de la asamblea vecinal Unidos por el Río, opuesta a la privatización de la costa del partido bonaerense de Vicente López, me llegó un mail que decía que la subestación eléctrica Malaver, que está a dos cuadras de donde yo vivía en ese entonces, por el año 2012, era terriblemente dañina para la salud humana. El día en que recibí ese correo, por el susto que me dio, y por otras causas, se me causó un acúfeno al que reduje sin habérmelo curado del todo. El correo provino de un hombre de otra asamblea vecinal, una del distrito cercano a aquél, el de Tres de Febrero, en la que Demetrio me contó una vez que tenía un amigo. Así que no me extrañaría que ese haya sido otro de sus atentados disimulados de bromas. Me abstengo de insultarlo, aunque se habrá acordado de mí, en el caso de que mi sospecha sea cierta, que puede que no lo sea.


Otra ahora ex anécdota sacada del tintero

Uno de los colmos más grandes de los disgustos que sufrí en el ciclo de gobiernos progresistas, al que contribuí desde la época del Foro Social Mundial mientras que varios de los peronistas que lo usufructuaron estaban despolitizados y de joda, aunque también fueron agraviados por la crisis del efecto tequila y la restante violencia histórica, fue el 6 de marzo de 2012, mientras que me la veía venir que iban a desmantelar el OSAL, o que lo tendrían relegado, por el menosprecio que padecía en la secretaría ejecutiva del CLACSO. En ese entonces yo ya llevaba como tres o cuatro años de recibir amenazas de muerte y de trompadas por parte del ex marido de mi pareja Alicia, además de las cosas que ya escribí. Ese día, cuando la secretaría del consejo ya se había mudado al caserón del barrio porteño de Constitución, me lo encontré a Daniel Alvaro, el mismo que cuando éramos amigos forzara mi separación y me hiciera sentir un cornudo en 2002, y que habría puesto el grafiti de enfrente del CLACSO el 25 de mayo de 2012, quien fue a defender su tesis doctoral ahí a Estados Unidos 1168, y, para peor, por la tarde de ese mismo día, apareció en el hall de la secretaría, para saludar a aquel muchacho, mi ex novia Marisa, quien me presentó a su hijo Dante, cuyo padre no sé quien es, ni quise preguntárselo, porque ya venía muy sensibilizado y apenado como para recibir más malas noticias. Mi suposición fue que tal vez el padre fuera Daniel Alvaro, lo que habría confirmado mis sospechas de que se amaban cuando yo era novio de ella, cosa que no hubiera sido tanto problema si me lo hubieran dicho, pero bueno, habría sido por padecer la mala educación amorosa que prima en general. Encima la empleada de limpieza Lidia me dijo, ese día, o al día siguiente, que el nene se parecía a Daniel Alvaro. Imagínense mis sentimientos de ese momento. En realidad, yo ese día ya sabía que iba a ser su defensa de tesis, y fui a saludarlo además de a trabajar en la corrección ortográfica de los documentos del OSAL, y le deseé suerte con su defensa, aunque contrariado y ofendido por no haber podido hablar con él las cosas que me importaban más. Recuerdo que saludé a su madre, Estela, y a su padre, Quique, a quienes no veía más o menos desde que terminé la escuela secundaria en 1995, y a algunos de sus amigos, uno de los cuales hubo sido bastante agresivo conmigo antes de que yo me peleara con Daniel, en 2001 o por ahí. No puedo escribir libremente de esta cuestión porque la legislación sobre el derecho al honor me lo dificulta, dado su carácter tosco.

La cosa es que hicieron una movida enorme para que la defensa de tesis fuera en esa secretaría, porque supuestamente tenían que hacer una videoconferencia con París, desde donde participaría uno de los evaluadores, o de los co-tutores, o algo así, y en otro lado no encontraban el equipamiento. Hablaron con los muchachos del aparataje informático, Cristian y Darío, y les hicieron preparar todo el cacharrerío para la transmisión, ahí en el salón de la planta baja, y al final el francés en cuestión los dejó en ascuas con el argumento de que tuvo que ir al hospital, cosa que si es verdad no lo sé, y dada la inmoralidad que hay en la academia me da para dudar. Hasta llegué a pensar que el asunto se trató de una broma perversa por parte de las autoridades del consejo con Horacio González, mentor de Daniel Alvaro, que querían gozarse de verme en su defensa de tesis doctoral junto con mi ex novia y su hijo, pero no lo quise ni hubiera podido averiguarlo, y me parece un tanto paranoico, aunque debo añadir que las ideas paranoicas no siempre están equivocadas. Es algo que me podrían aclarar si quisieran hacerlo. También tendrían que precaverse de no hacer trabajar en vano a los empleados, porque es una falta de respeto. A mí y a Alejandro nos hicieron llevar una pila de cajas de libros donados por Aldo Ferrer desde su casa en Recoleta, en Riobamba entre Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, hasta la secretaría, y a los pocos días el tipo cambió de parecer y estaban viendo de hacer llevar a algunos de los libros para otro lado.

Tengo que explicitar que algo me alegré de que Daniel Alvaro haya tenido que verme el día de su defensa de tesis doctoral, ya que eso fue un garrón para él, pero ese fue un disfrute reprobable.