Villa Ballester, noche del 9 al 10 de diciembre de 2011.
El cuadro de Carlos Piccardo con la cerámica haciendo juego, cuando estaba colgado en la pared.
Distopía antikirchnerista. Esta pintada, en que se la retrató de vieja a Cristina Fernández exiliada en el África, u otro lugar, con un león, ambos ciborgizados, y con una iguana, estaba hace como cuatro años al lado de la estación ferroviaria Luis María Drago, del ramal a José León Suárez de la línea Mitre. Quien haya sido autor suyo cayó en la campaña difamatoria de los medios comunicativos privatistas y en el reaccionarismo de la ciencia ficción robótica. El kirchnerismo fue corrupto, ningún gobierno puede no serlo del todo, aunque vale criticárselo bien, pero eso no es lo que les importó a estos difamantes, que utilizaron a la corrupción para instalar otro gobierno más corrupto que aquél, y que les permite acumular más poder y capitales.