Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 15 de marzo de 2019

El corporalismo del paradigma raro, con disgresión sobre la infiltración de la izquierda y la reforma constitucional

La teoría queer está muy impregnada por el nihilismo absoluto, muy negadora de la materia, deudora de la tesis anti-materialista, por lo que su culturalismo es muy practicista, muy de la identidad psicológica, de una que entiende mal al propio cuerpo, a veces del todo renuente a la biología y a la maternidad, y de la paternidad no querría saber nada ni aunque fuese moderada: acepta hasta la libertaria, pero a la progresiva de centro no, ni tampoco a parte de la comunista. El aspecto pirrónico del anarquismo, su mal extremado pesimismo, responde en parte a su infiltración por los servicios de inteligencia del estado, cuyos agentes promovieron políticas mal destructivas para con la izquierda desde juicios por completo reprobantes, lo que es de carácter de ultraderecha. La estrategia de los servicios del estado capitalista para con los partidos socialistas seguro que fue la de promover los disensos y ataques internos, porque son del ejército del gobierno burgués, y es eficaz en tanto que dentro de la izquierda no se conoce bien la historia de los servicios secretos. Además están los males de la izquierda que son propios de sí misma, que responden bastante a la opresión de la derecha. Hace falta recordar que Pirrón fue partidario de Alejandro Magno, el mayor emperador de la Grecia antigua, algo así como el Trump actual.

Las teorías políticas existen mixturadas, por lo que hay elementos entrecruzados entre unas y otras, no siempre de manera planeada, a veces accidental, como en la adscripción de la gente progresista a los artistas y filósofos conservadores y reaccionarios, que sirven de antecedente para las intervenciones planificadas de los espías, como elementos de identidad común y factores deshabilitantes en potencia.

La infiltración de los partidos de izquierda da cuenta de la superioridad del capital, que al operar de incógnito obtiene un triunfo político constante y secreto que le refuerza el predominio. Al ERP del PRT le pasó esto. Ejecutó un atentado guerrillero que hubo sido delatado al ejército oficial por algunos de sus agentes secretos, que fingieron ser militantes honestos del ERP, por lo que éste perdió el enfrentamiento. Este ejército guerrillero también se equivocó al suponer que el proletariado se levantaría en armas contra el gobierno estatal, cosa que no sucedió porque los desarmados temen ser asesinados por los ejércitos. Los Montoneros debían estar infiltrados también, así como las FAR y las FAP, lo que no agota el tema. La infiltración es un factor de corrupción interna. Desmantela desde dentro a las organizaciones en las que opera al perder a sus miembros con malas ideas y delatarle la actividad a las autoridades. La historia de la infiltración de los partidos de izquierda debiera dar cuenta de las maniobras desempeñadas por los servicios oficiales, facilitada por las frivolidades equivocadas de los socialistas, propias de los animales imperfectos que somos, y esa es sólo una de las trabas para la implantación del socialismo. Hay muchas más, relativas al empalme entre las circunstancias actuales y la socialización económica, precondición para la política y las otras. La socialización económica depende de que la mayoría del proletariado la exija conciente y por explícito, por lo que hasta tanto no se la puede concretar, lo que conduce a socializaciones menores, necesarias para el progreso obrero. Estas circunstancias pueden cambiar de un momento a otro, pero mientras que rigen no se las puede modificar mucho y de repente. La estrategia tiene que entender bien la condición trabajadora, lo que no sucede tanto, y permitir una buena articulación flexible entre las organizaciones socialistas, algo fragmentadas, dispersas y auto-aniquilantes, pero para eso falta bastante conocimiento y autocrítica, así que la despotenciación interna persistirá a la par que la pelea contra la derecha. En eso deberán atender bien al tema de la relación con el progresismo liberal, ya que muchos proletarios pertenecen a este espacio, también ocupado por el empresariado menor.

La reforma constitucional argentina que se está debatiendo probablemente no llegará a ser socialista, dado que los principales partidos políticos que la impulsan no lo son, pero el hecho de que se declarase a la propiedad privada como subsumida al bienestar social podría habilitar a las expropiaciones sin pago, al menos para los casos flagrantes, lo que serviría para que las y los trabajadores conocieran más experiencias de fábricas autogestivas y se manifestaran para repetirlas en las suyas. Es un tema más complejo que además requeriría de que el poder judicial lo faculte, así que se tendría que apuntar a una ley suprema de proteccionismo pro-socialista, si es que la correlación de las fuerzas políticas de la asamblea constituyente impidiera algo mejor, y que además tendría que incorporar al cuestionamiento ecologista, ya que la industrialización del proteccionismo más reconocido desconsidera al tema de la contaminación.