Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 26 de marzo de 2019

Una captación ficticia

La acumulación en dinero es ficticia porque el dinero representa a los bienes de manera fetichista, pero la tenencia de bienes sin dinero también podría ser mala, si no estuviera bien proporcionada, lo que exige que la socialización igualitaria de la propiedad sea acompañada por la disminución productiva, porque hay mucha contaminación, así como bienes que estorban y trabajo excedente.

En tanto que las propiedades grandes tienen representantes en papel, como los títulos y las acciones, además del dinero y las cuentas bancarias, todo ese capital es ficticio, de sumas mayores a las de las mercancías baratas. El capital impreso es ficticio porque representa a algo que no es. Esto es lo fingiente del dinero, al que se toma como algo que representa a otras cosas que no son él mismo, incluso si se trata de la representación de capitales abstractos entre sí, como en el intercambio de billetes por bonos de deuda. Tal vez cabría un producto para intercambiar los bienes de forma representativa, si es que no hubiera inflación, que cada tanto demanda la reimpresión de los billetes, una única moneda internacional, pero también se podría prescindir de este método si nos supiéramos ordenar lo debido para ello, cosa que sería mejor porque nos libraría de la necesidad de medir en plata las contrataciones, cosa que es un trabajo pesado y constante, sujeto a cambios financieros que alteran las cuentas y las previsiones de las finanzas familiares, empresariales, de gobierno y demás, o sea, una tarea inmensa y estresante, en la que se pone mucha atención porque las compras para sobrevivir dependen de los precios y a la que algunas personas no pueden hacer con facilidad, y a veces pocas, si es que alguna, de acuerdo a la complejidad del cálculo.

Entonces, la acumulación de capitales abstractos es fingiente, próxima al "flirteo", en el que no se llega a decir lo que se quiere pero se lo insinúa, representación en cierta medida necesaria, e inevitable, en tanto que prime el orden que prima.