Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 6 de marzo de 2019

El fideísmo es decadente

La lógica de la fe es decadente porque al procederse de acuerdo con ella la práctica se torna falsa, al confundirse a la verdad con lo que se cree que lo es. En la política del fideísmo capitalista el gobierno electo con el voto masivo polipartidario oscila entre programas económicos liberales o bien abiertos o bien proteccionistas, sometidos al capitalismo monoteísta en gran parte, que atraviesan a la crisis siendo mantenidos por el poder judicial, que es el que soporta al principal orden burgués cuando a las presidencias y los parlamentos los ganan los progresistas, sean moderados o revolucionarios. En tanto que la reforma constitucional depende de la obtención de mayorías parlamentarias como de dos tercios de los votos emitidos, las presidencias deben obedecer a la ley mayor, sostenida por el ejército. Entonces se va entre gobiernos liberales ortodoxos y alternos, entrecruzados al comunismo, de republicanismo de gobierno unipartidario, sostenido por el ejército también. La llegada del comunismo al gobierno bajo ley liberal es excepcional, más se dio la de la socialdemocracia, menos crítica de la república y más centrada en la economía y los derechos sociales, dentro del marco capitalista, que es en principio de fe monoteísta, en tanto que el dólar es una moneda monoteísta.

La religiosidad popular es crédula, por lo que los pueblos adquirieron contratos económicos según su parecer, lo que terminó muy mal. Entonces, mientras que los pueblos no sean bien concientes del problema del credo el establecimiento de un orden justo será imposible, y esa es sólo una de sus condiciones. El tema del credo está en línea directa con el fetichismo, porque hace a su orden doctrinal. El capitalismo responde a su doctrina, que es la liberal, de religión ecuménica. El liberalismo acoge al ateísmo de manera sometida al teísmo principal, el protestante, así como admite a las otras concepciones bajo su mando, en primer lugar las otras cristianas, con relativo predominio luterano sobre el catolicismo apostólico y el ortodoxo, o el judaísmo, mucho mayor que con respecto a los cristianismos menores, como el rastafarismo o el cristianismo místico, y eso algo antes que imponerse a las islámicas, las dhármicas y las animistas. El capitalismo tiene un mal orden teológico, compuesto por las religiones que comparten el intercambio mercantil, de culto íntimo a Mercurio, dios del politeísmo romano antiguo sucesor del griego Hermes, quienes puede que hayan sido hombres de carne y hueso, ya que así se los representó en las estatuas. En el comunismo la participación en el comercio se da diferente, porque cuestiona más a los dioses, pero opera también como representación dineraria de los bienes fabricados. Es preciso aclarar que el comunismo no es el sistema imperante, por lo que el comunismo no se da en sus propios países, que no socializaron ni los mayores medios de producción económica, menos todavía el gobierno, dándose concentraciones oligopólicas y oligárquicas, órdenes de pocos, un liderazgo social de minorías exclusivas, más abierto luego de los estallidos sociales pero de saber social insuficiente, en tanto que prima el credo y la fe, bases para el apoyo popular al capital. Hubo la promoción del capitalismo por las iglesias principales, las que dieran inicio a la doctrina liberal, con apoyo secundario, al adaptarse los cleros al empresariado laico victorioso en las revoluciones burguesas. Las iglesias, mediante la teología y las universidades clericales, participaron en la gestación del liberalismo, con lo que tiene de bueno, dándole sostén moral y espiritual. Así sucede con los medios de comunicación privados, en gran medida de fe, detentados mucho por accionistas fieles, mientras que los de gobierno son gestionados más por designados por las autoridades electas a sufragio, fuere uni o pluripartidario. En el liberalismo sucede de facto la oligopolización de la comunicación mediática grande, lo que hace a un pluralismo trampeado, pero la cerrazón leninista y la maoísta tampoco son soluciones buenas. Faltará que el pluralismo sea bueno, porque el pluralismo no puede ser bueno del todo justamente por la comprensión partida de la realidad. En tanto que se sostenga la existencia de dioses en base a la creencia el juicio humano será terco, así que eso le complicará para mal la existencia a la gente, ya que no aprenderá a indagar bien las cosas para concluir los asuntos. Lo que debiera ser es el monismo filosófico total, pero para eso tendríamos que someter a duda a varias de nuestras certezas aparentes. Sería el entendimiento verdadero compartido por toda la especie, que tendría que tener un entramado social acorde. Eso requeriría poner a prueba a las creencias sobre los dioses, ya que las demostraciones de su existencia empírica son por lo menos objetables.

El socialismo gandhiano, en lo referido a la ley económica, tiene una posición intermedia entre la socialdemocracia bernsteinista y el comunismo, ya que su constitución es socialista, de socialismo declamado pero no concretado. A la vez, en lo político, su gobierno es pluripartidario, más bien de hinduismo tolerante. En lo económico está a la izquierda de la socialdemocracia occidental, porque estableció la socialización de los medios de producción económica en la ley superior, pero en lo religioso está a su derecha porque es teísta. Tampoco es un socialismo concretado, ya que la tenencia de las empresas no está bien socializada. Es un socialismo dhármico y aspirante con enormes problemas de pobreza. Su ley no se concretó todavía, y no proclama la socialización del gobierno.