Una cuestión para la estrategia socialista es la de estimar bien los porcentajes de las clases. El empresariado capitalista es una fracción mínima del universo, mientras que el popular es algo mayor pero todavía minoritario, ya que la amplia mayoría es asalariada, fuere la participación en el consumo de la retribución tanto directa como indirecta, lo que fuera el caso de las esposas e hijos de los obreros antes de que ellas entraran en cantidades al mercado de trabajo, y lo sigue siendo para distintas personas además de los hijos.
Habría que averiguarlo, pero así, en hipótesis aproximada, se podría decir que entre el 3 y el 5% es capitalista, cerca de un 20% empresario popular y el resto asalariado, amplia mayoría cuya cima puede superar con creces al empresariado pequeño. Es una estimación, o sea que se la debiera corregir con los datos empíricos suficientes para hacerlo bien. Una cuestión necesaria para la investigación sería la de definir exactamente la diferencia entre el empresariado común y el capitalista, es decir, el límite entre la acumulación de plusvalor salarial común y la de la clase hegemónica.