Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 22 de noviembre de 2016

Del “parasitismo rentista”

En la política democrática hay un argumento que condena al así llamado parasitismo rentista, que vendría a ser una especie de aprovechamiento hecho por la clase detentadora de medios productivos alquilables, de los que obtiene ingresos con poco esfuerzo, por lo que se la acusa de vivir a costa ajena, y se le condenan los placeres. Es un argumento francamente despreciable, no porque el rentismo no sea malo, sino porque no apunta a resolver el problema, del que entiende sólo una parte: nada más intenta agredir a esta clase. Son raros los casos de condena al rentismo que planteen la socialización de los medios productivos, que están en el marxismo, y menos en el anarquismo, y casi nada en el populismo, que se focalizaron en políticas violentas, y apenas redistributivas del ingreso. El rentismo es una desgracia no sólo para quienes tienen que pagar los alquileres, sino incluso para quienes los cobramos, porque padecemos la división social de las tareas, la opresión religiosa, la sujeción ajena y la propia, la violencia histórica y así, las que obturan el goce de la socialidad libre. Entonces, el democratismo tendrá que enfrentar al problema de buena manera, a menos que prefiera insistir en perder gracia. El democratismo también es responsable de la pobreza que crea cuando no enfrenta valientemente a las cuestiones sociales. Obviamente no toda la clase rentista está dispuesta a entregar sus propiedades sobrantes, pero quienes se resisten podrían aceptarlo si fueran concientes de lo que es la penosidad superpropietaria y si se les permitiera vivir felices sin aquéllas, aparte de que se les podría imponer la socialización por la fuerza legítima. Es un tema que persistirá por mucho tiempo, y nos quitarían varios problemas de encima.