Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Del desarrollo económico decresivo y el desarrollo en general, y de su medición

El progresismo está entrampado por la lógica capitalista en el punto referido al crecimiento económico. El capitalismo depende del crecimiento porque su lógica es la de la acumulación de capital, la de su aumento, que no sería sin crecimiento productivo, pero esa lógica es mala, primero porque, después de cerca de dos siglos y medio, no pudo solucionar el problema de la pobreza existencial, y ni siquiera el de la pobreza medida en términos capitalistas, o sea, el de la carencia de la renta individual necesaria para comprar los bienes para mantenerse bien. En realidad, la superación de la pobreza, entendida integralmente, es decir, de acuerdo a todos sus aspectos, entre los cuales, además del económico, están el social, el afectivo, el medioambiental, el gubernativo, que es el de la capacidad para influenciar bien en el gobierno, el libertario, referido a la libertad, y los otros, precisa que el desarrollo económico sea acotado a las necesidades concretas de las naciones, atender los problemas reales de la gente, en vez que dar el rodeo de cumplir con los índices de desarrollo humano, a los que se toma como representantes del nivel de riqueza de las naciones sin que lo sean del todo, porque representan mal al desarrollo humano, en tanto que ignoran lo relativo al consensualismo, los sentimientos, la socialidad y demás, y en eso a los males de los modelos económicos, como lo es la explotación, el abuso laboral y así. El desarrollo económico verdadero deberá darle una forma al modelo social que acote la práctica económica a lo necesario, lo que requiere de la distribución justa de la riqueza, distribución que a su vez precisa que los medios productivos económicos sean sociales, aunque la redistribución de las políticas estatales sirva, y más en general todos los medios productivos tendrán que ser sociales, y la humanidad buena, porque, si no, no bastará para que el desarrollo sea suficiente. Este problema del progresismo está originado en la cultura idealista y capitalista.

Los modelos de desarrollo económico creciente causan pobreza social, ambiental, política, familiar, amatoria, amical, la relativa a la amistad, y sentimental, entre otras, porque para que las naciones acrecienten el producto bruto tienen que relegar a los otros temas, y tampoco pueden resolver el problema de la pobreza económica, aunque algo al respecto lograron, y a eso hay que valorarlo. La superación del modelo capitalista requiere de la superación de sus modelos de desarrollo, que aparejaría una simplificación de las malas complejizaciones y el refinamiento de la vida social, y asimismo habrá que criticar a los modelos sucesivos, porque la evolución humana seguirá teniendo faltas. Un tema importante es que, mientras que las personas le dediquen tiempo a actividades frívolas, como lo son los mitos, le causarán pobreza a quienes necesiten de su atención para cuestiones importantes, y otro que el desarrollo precisa del autogobierno, porque para satisfacer las necesidades de las personas el gobierno tiene que ser integrado por ellas, ya que, si no, no las atiende, o las atiende tergiversadamente, lo que sucede en el gobierno representativo.

También hay que tener en cuenta que la medición del desarrollo tendría que ser definida socialmente, porque los científicos sociales diplomados podemos elaborar modelos insuficientes, en tanto que el resto de la gente sabe de las cuestiones que le afectan y que no están contempladas en ellos, como por ejemplo la pobreza superpropietaria, que es la causada por la tenencia excesiva de bienes, porque ellos aparejan responsabilidades cuyo cumplimiento puede ser desgraciado, o la falta de bienes específicos mientras que a los generales se los tiene, y asimismo habría que hacer una crítica de las necesidades sociales, porque a veces las personas decimos necesitar cosas que en realidad no nos son necesarias, o que son necesarias pero no son imprescindibles.