Pienso en el chupete en sí mismo, como un objeto para que lo chupen bebés y nenes, no como excusa para la creación de puestos de trabajo, a los que habría que generar de buena manera. Hubo el argumento de que si la bebé se chupaba su dedo gordo se le podría deformar el paladar, que no sé si es verdad, pero me parece que se podría reemplazar al chupete por el dedo. Habría que averiguarlo.