Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 26 de noviembre de 2016

El ateísmo no critica mucho a la religión públicamente

En sus distintas versiones, que son socialistas en general, las proclamas públicas del ateismo no enfrentan a la religiosidad de manera explícita, por lo que esa crítica queda relegada. El ateismo tiene que asumir que la crítica a la religión es necesaria, tanto que debe ser socializada, ya que hasta ahora quedó solapada por centrarse la atención en la economía, el estado, el medioambiente, la sexualidad, la identidad, el trabajo y tantos otros más, cuyo reconocimiento social puede mantenerse, ampliarse o precisarse, pero éstos ya tienen visibilidad pública. La cuestión religiosa permite entrelazar a mucho de las cuestiones sociales, y más todavía la cuestión conceptiva más abstracta, que debe ser definida bien, para lo que tiene que ser comprendida como la cuestión de la práctica social humana, ya que la de la práctica es la palabra que designa a todos los actos sociales humanos concientes, que son los abordados por la sociología y los que quiere ordenar el socialismo. La conceptividad es una práctica contemplativa que prefigura a las prácticas más activas y que se origina también en ellas, porque responde al análisis de los actos previos, y más en general al de la realidad conocida por el pensante.

Además, si la crítica a la religión es omitida, la política atea se torna agresiva para con los fieles, porque no se verbaliza a este nudo conflictivo, lo que tiene consecuencias para la práctica de las personas, que luego se ven haciendo cosas debido a la influencia religiosa.