Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Qué hacer con la modernidad. Conocimiento social y consensualismo político

A la modernidad hay que alterizarla. La modernidad, o sea, el sistema social humano inspirado en la ciencia renacentista y fundado en la medida, es falsa, porque su comprensión de la realidad es mala, al ser de un cientificismo creyente y ocultar malos propósitos, de lo que tiene una moderación algo errada, y manipulatoria, pero la gente en sus cabales seguirá queriendo que el orden social humano sea justo, lo que precisa que se conozca bien la realidad y se comporte de acuerdo con eso. Entonces, se seguirá buscando el modo de convivir bien. Este es un planteo altermodernista, y reclama que la moderación sea cierta, para lo que debe ser consensuada, porque en la búsqueda de consenso las personas averiguan lo necesario para ordenar su práctica conjunta, aunque eso no sea lo único a tener en cuenta, ya que el consensualismo puede fallar, al consensuarse prácticas ingratas, pero es necesario para que la toma de decisiones y sus consecuencias no lo sean: tiene que ser un consensualismo suficiente. En el consensualismo, las personas adquieren el conocimiento necesario para ordenarse la política al comunicarse entre sí: hace a una investigación a propósito de la toma de decisiones políticas que no se podría delegar en los expertos, y fusiona el método pesquisativo social sobre los temas de interés común con la forma de gobierno. El enaltecimiento de la experticia es afin al modo del gobierno representativo, porque los representantes tienen que basar sus decisiones en el discurso científico sin poder investigar lo suficiente sobre el parecer de los afectados por sus leyes, porque el modelo político no se los permite, de lo que se contrata a expertos que brindan un saber científico reprobable que sirve de retórica justificatoria para la toma de decisiones apresuradas.

El consensualismo aparejaría un modo de gobierno en el que éste se refusionaría con la ciencia social, y lo mismo debiera suceder con la economía y las demás prácticas sociales.


Lectura

José Guadalupe Gandarilla Salgado, Modernidad, crisis y crítica, Buenos Aires, La Cebra, Palinodia, PPEL˗UNAM, PPEA˗UMCE y ELAP˗UARCIS, 2014.