Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 4 de noviembre de 2016

El basurero atómico de Zárate, con deriva

¡Miren a qué llegó la hipocresía kirchnerista! ¡Celebraron la inauguración de la central atómica de Atucha! Con unos de la CTA  Autónoma fuimos en el micro Che Pibe desde Unidos por el Rio, convocados por la Unión de Asambleas Ciudadanas, a la central de Atucha, donde se inauguraron generadores, el Atucha dos, o tres, algo así, y el uno en pocos años va a dejar de funcionar, si es que ya no lo dejó, y el metal radioactivo, ya degradado después de su uso, quedó o quedará ahí. Esas generadoras eléctricas, que proveen menos de un décimo de la electricidad consumida en Argentina, tienen la característica de que una vez que se venció el metal, lo dejan radioactivo ahí puesto, porque su ubicación es bajo tierra, o por lo menos eso recuerdo, y su radioactividad persiste por como 200 mil años. Y si no lo dejan ahí lo sacan y lo tiran en otro lado, donde contamina lo mismo. ¡Y esa es sólo una de las centrales atómicas que hay! ¡Hay muchas más! Todas dan poca electricidad, y como al medio siglo el metal, que no me acuerdo si es uranio, plutonio o cuál, queda radioactivo en algún lado de la Tierra como por 200 mil años. Ya se tiró bastante material radioactivo, no sólo de las centrales atómicas eléctricas, y se va a seguir tirando más y crecientemente si al capitalismo no se lo termina, por su compulsión propietarizante, al asignársele al trabajo una cualidad conforme al mandato religioso, de trabajar excesiva y rutinariamente, que se mezcla con los intereses autoritarios de los patrones, mal acostumbrados a ser obedecidos. El calendario es un invento de un tal Gregorio, que debe haber sido un cura, y los conventos instituyeron la rutina como ciclo de la práctica, repitiéndose anualmente en meses, semanas, días y horas.

La cosa es que el progresismo latinoamericano del desarrollismo capitalista, y el peronismo en la Argentina reciente, celebró la inauguración de centrales atómicas. Como la propietarización humana en general, el uso de la electricidad es compulsivo, o sea que se podría vivir utilizando muchísima menos electricidad de la que se usa actualmente, pero sin racionalizar la producción no se lo puede hacer. A eso se lo digo a los románticos populistas, sean anarquistas o peronistas, que están en contra de la razón sin diferenciar la razón pía, que es rescatable críticamente, de la razón materialista, que también lo es. Omitida por el desarrollismo hubo toda una movida en contra de la explotación nuclear en torno de Javier Rodríguez Pardo, un gordo con pinta de trolo del movimiento antinuclear que nos habló desesperado de aquello de los 200 mil años, otro día, desde un escenario en la Plaza de Mayo, mientras que mucha atención no le dábamos, y éramos pocas personas.

La religión va junto con el afán de dominio, es otro de los motivos capitalistas. El capitalismo es un sistema de dominio y religioso, aunque haya capitalistas ateos, cuyo materialismo es pragmático, no es un materialismo de verdad, como no lo es lo malo de su ciencia. El liberalismo, que es la filosofía política del capitalismo, tuvo origen protestante, pero habría que saber cómo se articuló con las religiones y las ciencias periféricas al expandirse por fuera del cristianismo. En China hay un materialismo idealista posterior a Confucio, y en India un capitalismo plegado a sus religiones también. El capitalismo se articuló con las religiones, modernas y primitivas, de manera violenta, porque las prácticas humanas dominantes son violentas, y desde la modernidad violentas con una técnica moderna. Las religiones terráqueas deben estar articuladas con el capitalismo por medio del purismo, en tanto que las religiones exaltan al purismo y el valor abstracto es puro. Es una abstracción que requiere de mucha explotación, humana, animal, natural y terráquea, debida entre otras causas a que los religiosos no aceptan la lascivia más que desordenadamente, porque la ejecutan prohibida, o autorizada en privado, y a su vez el purismo del valor abstracto es propietarizante, porque el privatismo reside en propiedades, además de promover ilimitadamente la creación de capital mediante el pago de los salarios y la especulación. El privatismo se caracteriza por detentar las finanzas, entre los otros medios propietarizantes, es la clase divinizada, pero su felicidad es falsa, porque la humanidad es sociópata. No vive en una orgía bien hecha, que eso sería la comunidad buena. Así que envidiarles no tiene caso. En realidad la capitalesía es patética.

El iluminismo positivista sintoniza con el liberalismo, son afines, y tendría que saber si Hume fue protestante en su niñez. Lo que es seguro es que el protestantismo influenció en su crianza. Este iluminismo es materialista, pero estudió la materia a fin de inventar una técnica para eficientizar la producción propietaria, con un sentido comunitarista intuitivo, y muchas veces incumplido. El positivismo es una creación posterior al inicio del capitalismo, pero las primeras técnicas capitalistas, como la máquina de vapor, surgieron a partir del materialismo protestante proveniente del Renacimiento, que reconoció a la materia para apropiársela religiosamente, aunque con conflictos entre el cientificismo y el pietismo, y conflictos sociales interclasistas. El inicio del capitalismo tuvo una propietarización de ciencia religiosa, un materialismo pietista, en tanto que el materialismo tiene que ser festivo, pero de festejar bien. Eso no puede ser con religión, porque la religión ordena a la práctica social, hasta la extrapropietaria, parcialmente pero en general, aunque se le desobedezca, y cuando no manda el capitalismo hace desastres por su propia cuenta, pero ambos son fallutos porque su objetivo para la vida no es el de gozar de la vida bien. Hasta que los creyentes no acepten eso van a padecer sufrimientos que no debieran ser, y a ocasionárnoslos a los otros, y la especulación es afín a la confianza, aunque se replique en las concepciones infidentes, las infieles, que son menos especulativas pero especulan también, y haya que recordar que la especulación no es mala en sí misma, depende de cómo sea, así como que la confianza a veces acierta la práctica, cosa que hace incertidumbrosamente, por lo que cuando yerra hace mal. La misma ignorancia para ordenar la propia práctica social hay entre capitalistas que entre creyentes, pero no es lo mismo la clase creyente autoritaria que la obediente. Cada cual es responsable de sus maldades y de sus bondades, como lo somos los materialistas. El tema es que para que no haya mala práctica la humanidad tiene que entender bien la realidad, y legalizar esa comprensión en los estados.

A mí me podrían acusar de muchas faltas, porque cometo los llamados pecados por los fieles, y cometí otras maldades, pero no critico desde el lugar de quien se piensa que lo que les reprocha a los demás no lo tenga él. Es que la práctica humana individual es conjunta, porque los humanos somos sociales, y eso no quita que haya responsabilidad individual por la práctica propia y por la ajena.