Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 29 de noviembre de 2016

El ajedrez es un juego monárquico

Las estrategias políticas que se basan en las metáforas ajedrecísticas tienen el problema de que se trastornan bélica y antidemocráticamente porque este juego representa a una confrontación entre reyes. Originalmente, los reyes del ajedrez no eran católicos, sino que eran jeques árabes, o sea que islámicos. Los jeques, llamados sheiks, puede que hayan dado origen a los jefes, o sea que el sistema de jefatura tal vez provenga del jequado, o viceversa. La estrategia socialista tiene que abandonar el sesgo guerrero y monárquico y adoptar uno democrático y pacifista, que combine a la política gubernamental con el movimientismo, porque la guerra no puede ser masivizada, a no ser que las poblaciones quieran suicidarse, lo que tampoco es apoyable aunque sea una intención mayoritaria.

En el ajedrez, que está planteado como un ataque mutuo entre reinos, van los soldados rasos en la vanguardia, y las torres representan a sus fortificaciones externas, porque son las más toscas. La caballería es simbolizada por los caballos, y los alfiles, que son torres más estilizadas, tienen la forma de las de los palacios árabes, morada de los reyes y las reinas.