Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Los poceros de Keynes

Una cosa en que se nota claro la miseria de Keynes, su carácter castigador, su antiplacismo, es en la famosa figura de los cavadores de pozos, en la que, según este economista, que no los hubiera hecho, los trabajadores tenían que hacer pozos y después taparlos, para que el estado les pagara un salario y así se reactivara la economía mediante el consumo de los obreros estatales. El planteo contiene un doble abuso, primero porque supone que los humanos tenemos que servir para mantener a una economía creciente, en vez que ser la economía la que sirva a la humanidad, y segundo porque prefiere hacer trabajar en vano a la gente, sin importarle el desánimo que eso conllevaría, en vez que directamente entregarles el dinero, como una renta de subsistencia, porque le subyace la idea de que, como las personas disciplinadas liberalmente se sacrifican para obtener sus objetivos, y sin criticar la cuestión, los demás también tienen que sufrir para sobrevivir. En eso se le nota el carácter pietista, pero los modelos materialistas también sometieron a los humanos a sus proyectos, y no obstante, ambos son parte de la evolución de la especie, con sus faltas y sus malos direccionamientos.

Es comprensible que las personas que se someten a ascéticas sacrificiales pretendan que los demás actúen como ellos, porque creen que eso es lo que debe hacerse, de lo cual habrá que rescatarlos de ellas mediante otras bien razonables.

John Maynard Keynes fue barón, un miembro de la nobleza, y estuvo a favor de la monarquía y del imperialismo británicos.