Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 7 de noviembre de 2019

De que las víctimas debieran tener más permiso para elegir las penas

Los jueces tendrían que ver si los pedidos son justos, y favorecer una negociación para decidirlas. No debiera ser obligatorio que las elaboren, pero sí una posibilidad. Por ejemplo, si fuera necesario que el delincuente aprendiera algo, se le exigiría que lea o investigue de eso, o se le podría pedir que expresara arrepentirse de su acto si se supiera que es sincero, cosas negociables y con abogados entre las partes. A su vez, el modo establecido del litigio también podría ser más flexible, pero para ser bien exitoso tendría que cambiarse.

El sistema actual, de procesos y penas prefijados de acuerdo al delito, es demasiado cerrado para resolver bien algunos litigios, en particular aquéllos que no están tipificados, los que más requieren de intervención abierta, además de ser injusto con los más pobres y ricos, a unos por permitir su pobreza y a los otros por hacerlo con su excesiva riqueza, también fuente de padecimientos individuales. Un marco jurídico que no sea socialista, que no demande bien cierta igualdad social, aunque sea relativa, es necesariamente malo, pudiendo a lo sumo llegar a ser regular, que es ser poco malo; pero, dentro de ello, puede tener buenos aspectos, y hasta excelentes, e incluso la justicia es insuficiente para lograr la buena apropiación social, pero es necesaria.