Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 26 de noviembre de 2019

Los gobiernos como empresas públicas

Los gobiernos son como las empresas, son emprendimientos macrosociales, y son públicos porque tienen mucha relación con el pueblo, al ser integrados por muchos de sus miembros y dedicarle muchas de sus tareas, pero así como las mayores empresas privadas no pierden del todo su vínculo con el pueblo, los gobiernos no dejan de tener carácter privado, y hasta lo exacerban mucho en ocasiones, e incluso, aunque no lo hagan, y sean populistas, no pueden revertir lo suficiente la desigualdad jerárquica, dada por el hecho de que hay quienes detentan las instituciones y quienes son sometidos o expulsados por ellos. La empresas se financian con la venta, adquieren billetes al vender sus productos, mientras que el gobierno lo hace con los impuestos, al cobrar las tasas. Con ese dinero se financia, lo que incluye la liquidez de los ministerios, con sus dependencias medianas y bajas, que son la mayoría. Así provee sus servicios, que son criticables porque no son del todo buenos, sino hasta muy malos en los peores momentos, como los de la represión militar extrema. La dirección del gobierno obedece mucho a la razón común, por lo que ésta, en general, tiene el deber de ser verdadera. Si la razón popular es mediocre el gobierno pierde poder para satisfacer las demandas sociales, y si aquélla se vuelve mala éste se torna injusto, pudiendo empeorar más, hasta que la sociedad rehaga su balance y se corrija, sin que la corrección sea siempre buena, ya que puede ser regular, e incluso siendo buena suele distar de ser excelente, que es lo que se propone el socialismo y lo que no consigue por el gran peso de los credos de fe en la conciencia y en los actores sociales, cuyos errores de base tienen gran impacto histórico al combinarse con la sofisticación institucional. Como lo refinado da mucho poder a consecuencia de la técnica, sus fallas son de mayor escala, y lo alto depende de lo bajo más que a la inversa; pero con los aciertos pasa parecido.