Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Del gobierno presidencial

El gobierno presidencial es de uno, o de una, es una monarquía, de tipo especial, ya que no pasa por tal pero transcurre, con contrapesos, los de la complejización del gobierno moderno, cuyo carácter sigue siendo fetichista por el predominio de la fe. El capitalismo descrito por Marx fue un capitalismo fetichista, en el que a la apropiación se la ordenó con conceptos fidedignos.

Es un modo liberal de la monarquía, luego replicado en el socialismo de naciones creyentes, de rotación electoral cada pocos años aquí y cada muchos allá -y con sistema de gobierno unipartidario, que excluye del gobierno a los restantes-, pero con poderes políticos complementarios y la estabilidad que les dan las constituciones. En los países de presidencias en reinos el poder ejecutivo coexiste con el real, que es más permanente, una seudo bi-arquía, falso gobierno de dos, con funciones separadas pero en el marco de leyes locas, que hacen bastante perniciosa a la existencia social. Esto a nivel presidencial. El gobierno liberal es tripartito, no es una monarquía, pero el poder ejecutivo sí lo es, ya que su máximo cargo es ostentado por una única persona, aunque cambia cada tantos años. Los presidentes de las empresas también son monarcas, son sus máximos jefes, y tienen contrapartes y límites insuficientes.

El presidente preside el gobierno, o sea, que tiene el primer lugar, el más importante, en el gobierno del país. "Pre" es por "primer", y "sidente" por "sitio". La sede principal de los gobiernos es el palacio ejecutivo, donde ejercen los presidentes. El comunismo también se da con modo de gobierno representativo y tripartito, es decir, que no concreta al modelo de gobierno que quiere, pero mantiene el objetivo. Con la economía le pasa lo mismo, y tiene sus propias fallas. Al comunismo no se lo puede concretar bien sin la buena razón social suficiente, por lo que no cabe esperarlo para los gobiernos comunistas actuales, lo mismo que pasa con los socialistas, que pueden acercarse al socialismo, o reducir el alejamiento en épocas de derechización proletaria, pero que tampoco lo pueden concretar, al ser minoría el socialismo en los países, entre los otros asuntos, países en los que prima una confusión medio mal politizada, más de politica fiante, complejizada en el dogma líder, correlativa a las congregaciones clericales y a sus aliadas universitarias, muy insertas en el pueblo, así como en los sindicatos y en la prensa.