Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 19 de noviembre de 2019

Del orden

El orden remite a la urdimbre. La urdimbre es un orden textil, y tiene ligas, composiciones, relaciones estables y coherencia, pero el sufijo "-arcos" es muy parecido a la palabra "arco", que proviene del arco geométrico. La geometría es consecuencia de la medición de la tierra, cosa que se empezó a hacer con instrumentos desde que se inventara la azada de piedra, de mano antes que con mango. En su momento, el poder de arar implicó el de imponerse, ya que disponer de un instrumento tan avanzado para ese entonces le permitió a los hombres que los tenían vencer a los demás, fueran hombres o mujeres, u otros animales, algunos venenosos, otros de dientes filosos con mandíbulas muy potentes, además de a las plantas, ya que era un arma fuerte, que además permitía labrar la tierra, es decir, ejercer la agricultura, una tecnología muy importante para sobrevivir. A las ideas de lo que es el orden se las pensó muy en relación con las prácticas de supervivencia, así como las matemáticas y la geometría tienen mucho que ver con el trabajo.

Las monarquías empezaron con los jefes tribales, como los zulúes y maoríes, pero en la edad primitiva. Se escogieron familias para gobernar los estados por medio de sus padres, que transmitían el mando, en general, de forma dinástica y masculina, con sucesión de padre a hijo. Esos estados eran agrícolas, tenían irrigación, que inspiró a la reflexión sobre la rectitud tanto como a sus regímenes, ambos atravesados por las cuestiones sagradas, lo que fue evolucionando con el tiempo hasta el sistema presente. En los faraones se sintetizó el gobierno estatal de territorios irrigados con la divinización solar, llegándose a afirmar que ellos eran encarnaciones del dios del sol, cosa que, reformada, continuó en las monarquías absolutas con esa idea de que el rey era nombrado por un dios que ya no era solar sino exterior al mundo más comprobable. Luego se mantuvo la idea pero con el supuesto de que el soberano es el pueblo, que en el Leviatán de Hobbes tenía tanto la espada como la vara del pastor, o bien la nación, a la que se le otorgara la delegación de la soberanía mediante el voto y en el marco de estados confesionales, cosa que todavía persiste hasta en los países comunistas, en los que las religiones espirituales siguen congregando a medianías y mayorías nacionales.

La monarquía le arrebató gran parte de la soberanía al clero romano, que aún persiste en el Vaticano y en su influencia en las leyes nacionales, sobre todo en Occidente, y luego la república se la quitó a la monarquía, pero siempre se mantuvo el sistema de fe téica, que coexistió con la división social en clases. A la vez, en el mundo islámico, hindú, confuciano y animista, entre los otros credos, esto se fue repitiendo de distintas maneras y con excepciones, con el traspaso desde órdenes de fe simples a sistemas fieles más numerosos y complejos, en los que, luego de las reformas liberales, prima el voto como método para elegir a los gobernantes, en modelos de uni a poli-partidarios, el salariazgo como modo de contratación económica y la religión ecuménica, de espiritual a poli y monoteísta antes que agnóstica y atea, y con sus confusiones y cambios internas. En los países musulmanes el Corán tiene mucho espacio dentro de la ley, así como la cultura hindú en la ley india. A la vez, el radicalismo islámico es un movimiento de defensa de los privilegios del clero mahometano, personificado en el rey saudita y replicado en la sharía, el cuerpo doctrinario islámico, que se relajó con el paso de las monarquías a las repúblicas pero que persiste, y con una guerra muy intensa con las potencias occidentales, dirigidas por Estados Unidos y Europa, que también están en conflicto en Israel y Palestina, donde el judaísmo, que antecede al cristianismo, choca con el islam por la posesión del territorio entendida según relatos sagrados, que en la arabia persa fueron los del paganismo indio, antes de que la región se convirtiera en musulmana. En la India esto se da como la permanencia del sistema de castas, en línea con el liberalismo hinduísta a partir de la descolonización de Gran Bretaña llevada a cabo por el Congreso Nacional Indio, el partido de Mahatma Gandhi, de ecumenismo con preminencia védica y secundariedad islámica, y con católicos, ateos y alguna otra poca gente de los demás credos. En Japón, la islas del este asiático y Oceanía esto también sucede, una mezcla entre credos que no alcanza para resolver bien la crisis causada por los errores de nuestra especie, que deberá corregirse en lo que deba. Los dos bloques monoteístas, el europeo, americano y oceánico, que en la zona árabe, tanto la Arabia africana como la asiática, es islámico, tienen un pasado pagano, el del paganismo tanto bárbaro como griego y romano. El politeísmo permanece en la India, en el animismo y en los espiritismo, que no hablan de dioses pero sí de los espíritus, que son seres equivalentes a los dioses, así como en el ateísmo hay resabios de la deificación en el heroísmo militante, que falsea la lucha por responder a ideas equivocadas, que llevan a esfuerzos sobrehumanos porque son de mitología de semidioses. En la zona de China también hubo animismo, que persiste hasta hoy y habrá sido el antecesor del paganismo previo a Confucio.

El grupo de significantes ligados al de "ur", del que viene la idea del origen germánico y latino, puede venir del arado, ya que al ararse, el ruido que se hace es el del choque de la piedra tallada contra el piso, previa a la trituración de terrones. Lo rural puede ser entendido como lo arado, como lo agreste surcado, pero también abarca a lo selvático. Es lo externo a las ciudades, abarcando tanto al territorio dedicado a la agricultura como a las tierras continentales silvestres y a los ríos y costas oceánicas, de las más usadas para la pesca junto a la superficie interna de los océanos, la más lejana a la costa, menos sujeta al control naviero porque los barcos chicos no llegan hasta ahí. El sonido de "ur" suena como un golpe al piso con un pedazo de piedra encastrada a un palo, suena grave, como la u, así como la rotura de tierra con la piedra suena claro, de una claridad poco colorida, y hace como la erre. El sonido del acto primitivo de arar es el mismo que tiene la palabra, aunque también pueda admitir otras formas de decirlo, incluso no onomatopéyicas. Es una claridad seca porque implica la deforestación, pero fue selvática también, y en casi toda su historia la deforestación fue muy poco dañina, de una calidad aprobable, lo que con el capitalismo cambió. Las hachas de piedra son los antecedentes de las sierras modernas con que se hace la tala masiva de la agricultura intensiva y extensa del capitalismo, pero eran mucho menos dañinas que las máquinas de ahora. No obstante, la naturaleza se origina desde antes del arado. Al comenzar se originó. Mucho después, como 1900 millones de años, una gente aró, se quedó en un lugar y lo convirtió en su sitio de origen. Al empezar la vida se generó, es decir, se formaron células con genes. Luego pasó mucho tiempo hasta que se arara. Mientras tanto hubo quienes siguieron sin asentarse, e incluso los urbanos se movieron, es decir, que la dicotomía entre lo nómade y lo sedentario es relativa.

En el tallado de las piedras se hizo un ruido como el de "tac", así como el quiebre de rocas hizo al chispeo, fue un chasquido de piedras, con cascado previo, el de las primeras lascas, inspirador de las tipificaciones, que no son malas siempre, por ese ruido repetitivo y regulable. El pulido tiene un sonido más suave, menos chocante, pero se lo hizo poco por hombres, porque casi todo lo hizo el mar. Las mujeres deben haber trabajado la piedra menos que los hombres, ya que no tienen tanta de esa fuerza y tuvieron que dedicarse a la maternidad, lo que les determinó esos meses de vida, con las consecuencias que eso tuviera en sus futuros, durante los cuales fueron más los hombres quienes tuvieron que encargarse de conseguir las provisiones, quedando las mujeres más en las tareas domésticas, las de la casa, fueran las de las reparaciones habitacionales, la cocina, la ropa y demás. Si bien las clases de actividades son mixtas, no se dió ni se da cualquier mixtura, sino una en particular, condicionada por el cuerpo, que es transformable pero que debe adquirir buena forma. Una mala composición entre los roles de género y la condición corporal es fatal para la gente, ya que la daña, quitándole salud y pudiendo herir y matar. Y eso no es lo único a arreglar, hay mucho más, en particular lo de la participación individual en la toma de decisiones respecto a la práctica a ejecutar, que es necesaria porque nadie se conoce mejor a sí mismo que cada quien. Si cada quien no puede decidir bien qué hace, concordándolo con los demás por medio del lenguaje, se tienen que realizar tareas que lesionan, generándose la explotación humana, pero para eso es necesaria la ley, aunque no sea suficiente.

El orden puede que venga más que nada de la urdimbre, aunque se empezara a gestar desde antes y recibiera influencia de las otras clases de prácticas, pero el sufijo "-arco" remite al gobierno, que es muy dependiente del ejército, por lo que las ideas con que lo pensamos fueron determinadas por la invención del arco con flechas, cuya curva inspiró a la dibujada en la geometría. El arco puede haber sido anterior al uso de piedras, aunque es poco probable, porque para construirlo se tiene que cortar ramas y tiras de corteza. Hay un uso de las piedras que no es humano, que es el de los monos que las tiran, y otros animales las usan de otros modos, como los bichos que se les acercan para darse calor a la noche cuando hace frío. Uno de los primeros usos humanos de los eolitos, los cantos rodados, esas piedras redondas pulidas por el mar, sino el primero, fue el de agarrarlos y tirarlos, antes que romperlos y cortar con el filo. El arco a flechas, muy posterior a eso, porque su construcción requiere de una destreza mayor, le permitió a la humanidad sobrepasar a los demás animales y pelearse entre sí mejor armada, con ejércitos más sofisticados que los de los clanes que no lo tenían, así como pensar al gobierno según las ideas a las que inspiró su uso y las consecuencias que tuvo en el establecimiento de los órdenes tribales. Las tribus ya manejaban lanzas y escudos, y estaban en un lugar, o sea que son posteriores a los clanes nómades, que manejaron arcos, por lo que empezaron a diferenciar las tareas sociales, lo que terminó en un dominio patriarcal casi absoluto, al menos desde el principio de las civilizaciones neolíticas y que se mantuvo así hasta hoy. Los jefes tuvieron guardias armados con arcos, pero antes los primeros arcos fueron usados por quienes no eran jefes así, sino como autoridades de clanes. El manejo de las armas fue esencial en la división sexual y social de las tareas.