La regulación exitosa de la lascivia requiere sí o sí de la buena normalización en la tenencia de capitales, por lo que condenar los excesivos pecados lujuriosos de la clase sobre-propietarizada no es efectivo si no se concreta la buena apropiación social. Individual y grupalmente se pueden hacer modificaciones ascéticas, menos y más importantes, para el abuso propietario, pero la corrección es limitada por sus condicionantes externos, tanto como contrariada por las incitaciones adversas.