Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 15 de noviembre de 2019

Las letras como elementos del discurso

Las letras tienen una historia, son invenciones de seres vivos, creadas por animales vociferantes. Las vocales son las de los que tienen cuerdas vocales, y las consonantes las que suenan entre ellas. En la pronunciación humana las letras se fueron inventando a medida que la especie se desarrollaba. Ya algunas letras venían desde la etapa simiesca, con alocuciones como la de la u, la a y la e, y los ratones hacen una como la i. Los sapos hacen un ruido como el de la erre. Las consonantes parecen ser más humanas, pero el reino animal las tiene en muchas especies. Lo cierto es que la humanidad desarrolló mucho las consonantes, así como la extensión del discurso y su soporte: pasó del oral al escrito, luego al radial y televisivo, antes que al internético, que sintetiza a alguna parte de sus antecesores, todos los cuales contaminan y trasmiten ideas buenas, malas y mediocres. Las palabras, formadas de letras, compusieron las explicaciones que le dimos a las cosas, es decir, que el concepto supone la capacidad para pensarlo, cuestión muy cercana a la de la emisión de los pensamientos y que necesita de un órgano en particular, como el cerebro animal. La idea de lo moderno requirió de la del modo, que a su vez necesitó de que se hubieran inventado la eme, la o y la de, para decir a las cuales el aparato fonatorio tuvo que ser apto. Pronunciar la eme requiere de mandíbulas, dientes, labios, pulmones y cuerdas vocales, es decir, que la letra es un logro evolutivo de la especie en tanto que especie animal mónida, de los primates como los monos, que viene de reptiles y quizás hasta de las plantas. Otros animales pronuncian los sonidos de otras letras, y los vegetales tienen formas de comunicarse, que deben tener sus unidades discursivas. Cada especie tiene sus unidades elementales de comunicación, porque la reproducción exige intercambiar datos.

La humanidad tomó mayor conciencia de las letras a partir de escribirlas, pero antes ya las conocía, ya que hubo emitido sus sonidos, al menos los de algunas, y con intención comunicativa, muchas veces exitosa.

Las letras son los fonemas en su expresión mental y escrita, son representaciones de los fonemas simples, de sonidos nítidos vinculados a situaciones específicas, no siempre de correlación repetitiva, con cuya combinación se hacen las palabras y oraciones. En las especies no auditivas la transmisión de información es distinta pero existe. Es de mensajes como los codificados pero sin dicción, con mensajes convencionales de aparatos comunicativos no bucales, cuyas convenciones surgen de acuerdos naturales, con resultados variados por su propia calidad y por el caos externo.