Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 12 de enero de 2020

Comer es genocida

Si se entiente al genocidio como la rotura de genes, que al comer empieza con la trituración dental y la corrosión de la saliva, y sigue, luego de tragar, hacia el estómago antes que al intestino, hasta el veganismo más estricto es genocida, ya que al alimentarse se destruyen los genes de las células de los tejidos vivientes, que abarcan a casi toda la materia de las frutas y verduras, al igual que mueren las células de los cereales al disecárselos para molerlos, lo que descompone a las proteínas de los ácidos nucleicos. La carne vegetal se compone toda, o casi toda, de celulas vivas, que contienen agua y se pudren. La apropiación de cada tipo de bien contiene su genocidio, incluso el humano en gran escala, porque nuestro régimen maneja una producción explotadora y porque la competencia para vivir siempre causa peleas a muerte. Para la extracción de las materias primas con la invasión militar, que le asegura el control del territorio a las grandes empresas mineras. Luego, en su primer transporte por fuera del yacimiento, que termina en las fábricas, donde sufren movimientos internos, procesos de transformación y traslados interfabriles, ya como piezas modeladas y ensambladas, y los que les siguen hasta la venta del producto terminado, antes que su uso y el descarte. Mientras que la producción humana sea genocida, el uso de las propiedades también lo será, porque será consecuencia del genocidio requerido para su elaboración, con muertes por guerras, accidentes laborales, instalación de infraestructura, y demás, así como ocurre su utilización fatal. No obstante, usar propiedades es necesario para vivir, por lo que existe la cuestión del uso propietario, imposible de hacer lo suficientemente bien en un sistema social mal legislado, como lo es el actual, que es fetichista y hasta tiene dificultades para admitir el carácter mónido de la especie, ni qué decir de los previos y colaterales. Que toda la sociedad asuma bien la realidad es una condición indispensable para componer un orden social bueno. Para eso, la asunción tiene que acompañarse de la admisión. No basta con aceptar algo, sino que la sociedad debe conversarlo bien para prepararse para actuar según lo hablado, por lo que el discurso está obligado a ser verdadero lo suficiente para que se ordene bien la práctica social, de lo que la humanidad dista mucho.

Al genocidio se lo suele entender como la acometida de homicidios en gran escala, pero esa no es la única acepción que puede tener.

La carne vegetal es la parte más blanda de las frutas y verduras, la que no es cáscara ni semilla.