Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 20 de enero de 2020

Soble la idea de las clases

La separación entre las clases sociales supone un corte tajante, una línea recta que las divide del todo aunque se trate de una separación más o menos abierta según de cuándo y dónde se trate. La idea que tenemos los humanos sobre el corte se consolidó mucho, aunque viniera de antes, desde la invención del filo de piedra, luego perfeccionado en las vainas metálicas. Antes, los primates, y los primeros humanos, cortaron ramas con las manos, así como tuvieron una estratificación simple, dada más por la edad, la salud y el tamaño corporal, que hacen a la capacidad para pelear, que por la tenencia de las armas, con lo que luego aquélla se compuso en grupos exclusivos. Los jefes de los clanes, sucesores de los machos alfa de los grupos goriloides, le abrieron paso a las élites.

Las ramas, al cortarse, hacen "crack". La piedras, al picárselas para afilarlas, hacen "clac", o "tic", o "tac", y al pulírselas se rasguean. Las vainas de metal, al martillárselas, hacen "toing", "clái", "páing", y otros ruidos parecidos a esos, por lo que hay una relación entre el ruido del trabajo y el sonido de las palabras a las que inspirara, aunque sea una relación abierta, no del todo determinada por la audición.