Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 23 de enero de 2020

Sobre el pecado

Hay una discusión sobre el origen de la idea de pecar. No se sabe bien de dónde viene. En la entrada "Pecado" de las Etimologías de Chile alguien dijo que viene de "tropezarse" por pensar que es una contracción del vocablo latino "pedico", que es "pie", pero eso no explica la acepción referida al mal paso. Esta definición sugiere que al pecado se lo definió según las ideas asociadas al tropiezo, la falta del caminar, pero no explica cómo se pasó del pie al trastabilleo. Otra expuso que es por "hacer el orto", con una explicación rebuscada que remite al griego "paedicare", pero "paidós" no quiere decir "orto", sino "niño", o sea, que la relación es forzada, aunque quizás válida. A las palabras se las define mal muchas veces, y se las usa así. El sentido de pecar como mancha, como las pecas de la piel, suena mejor, y contiene tanto a los traspiés como a la cópula anal, ya que entiende a las manchas como las transgresiones a lo tenido por bueno, siendo que la doctrina principal sobre el bien es la liberal, que obedece a las iglesias, que condenaron injustamente a la sodomía.

En la idea del pecado hay un intento fallido para definir la mala conducta, con el fin de sancionarla y eliminarla, pero como el intento es fallido la sanción no funciona bien y los pecados persisten; terribles, potenciados y en gran escala. Las doctrinas principales sobre el pecado no incluyen, dentro de las definiciones que le dan, a la explotación laboral como una falta de las más graves, ni tampoco a la usura extrema, o a la contaminación en masa, el patriarcado y el gigantesco genocidio de las demás especies efectuado por nuestra producción. El tema sería decidir cómo debiéramos vivir para ser felices lo suficiente haciéndole un daño aceptable al resto de la naturaleza, pero eso sin la asunción societal de la verdadera historia no puede darse.

La práctica individual es social porque se la desempeña en sociedad, con acuerdos comunicativos de por medio, vigilancia de cumplimiento y castigos reprobantes, y además está cruzada por nuestro carácter animal, que es instintivo aunque nuestras pulsiones sean más flexibles, a lo que habría que rever sin los prejuicios que suponen que la humanidad es la mejor especie de todas. Ya sabemos que la soberbia de especie y la de clase llevan al autoengaño, así como la falsa humildad, pero a la vez no podemos suprimir, de inmediato, ni a las clases ni a la superioridad humana. Nuestro carácter animal nos hace tener conductas rudas, con las pasiones no del todo bien reconocidas, las metas medio mal definidas y las leyes bastante mal coercionantes, y eso acarreando los traumas del pasado, que dañan nuestros cuerpos y se transmiten entre las generaciones. Entonces, la reducción general de los pecados excesivos es imposible, hasta es estimulada por la ley, de interés económico algo mal acrecentante, pero sí podemos saber que para evaluar bien los pecados individuales es precisa una doctrina suficiente, ya que sin buena conducta social no puede haber mucha buena conducta individual.