Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

miércoles, 22 de enero de 2020

Las emociones son sentidas

Así como sentimos lo que vemos, oímos, tocamos, olemos, degustamos y pensamos, también sentimos las emociones, por lo que deben tener su órgano sensorial, aunque quizás no, o no sea sólo uno. Como todos los sentidos, dependen del cuerpo entero, pero se focalizan en una zona particular del cuerpo, en el pecho, por lo que puede que el cerebelo sea el que se les dedique en específico, o junto a la médula espinal, o a su parte de arriba. Al emocionarse se expande una sensación profunda por el pecho, o sea, que son causadas por secreciones grandulares, que en parte responden a la conciencia.

El sentido emocional es uno de tipo secundario, intermedio entre las sensaciones superficiales -las más externas, cuyos órganos suelen dar hacia afuera del cuerpo, contactan al aire, como los pulmones-, y el pensamiento. Es intuitivo y depende tanto de la comprensión del entorno como de la de lo subjetivo. Enlaza a las sensaciones primarias con las facultades mentales, como la memoria, el sentido de justicia, el de conservación, fraternidad, empatía y así, y no siempre funciona bien. Como se tienen malas ideas, que guían mal a los intereses subjetivos, se tienen malas emociones, que pueden predisponer para mal a la práctica individual. Lo mismo pasa con los traumas, que al dañar al cuerpo pueden causar trastornos emocionales, como la indiferencia.

La emociones son tanto cardíacas como pulmonares, pero no se acotan del todo al pecho. Pueden llegar a erizar la piel, y otras cosas así.