Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 8 de abril de 2018

De la corrupción de la socialdemocracia

La socialdemocracia, donde ganó las presidencias, gestionó modelos capitalistas, porque no reformó a las constituciones burguesas. Para eso tendría que haber ganado por márgenes muy amplios, lo que no sucedió nunca, o casi nunca, y a veces lo hizo fracturada, como en el Brasil de Dilma Rousseff, que llegó a la presidencia en una alianza entre el PT y el Partido de la Socialdemocracia de Brasil, ambos de los cuales ejecutaron al ajuste requerido por la clase capitalista desde la crisis del banco Lehman Brothers, en 2008, que marcó el límite de la redistribución agroexportadora del progresismo latinoamericano. La socialdemocracia no podrá superar al estado bienestarista liberal, un proteccionismo compatible con el cristianismo social, hasta que las constituciones sean pro-socialistas. Pretender que los gobiernos socialdemócratas no gestionen al capitalismo bajo constituciones liberales es desubicado. La decisión final al respecto es la de las masas, a las que se debe incitar para el socialismo dentro de las condiciones capitalistas en tanto que voten en mayoría a los partidos pro-capitalistas. El tempo de la revolución es más el de las masas que el de las organizaciones políticas.

En el marco legal pautado por el sufragio nacional hay muchas variantes a adoptar para los gobiernos progresistas, por lo que las cuestiones intermedias y menores cobran mayor relevancia, lo mismo que la estrategia de mando, que tiene que tener una combinación de movimientismo bien moderado con proteccionismo económico, democracia política y tolerancia religiosa, entre otros factores. Habida cuenta del modo golpista reciente, cabe pensar en las políticas comunicativa y jurídica.