Al tematizarse la cuestión de la masturbación desde la parábola bíblica de Onan, el asunto quedó fidelizado en la cultura cristiana, llegando a entrometerse en la educación psiquiátrica, que en sus versiones estrechas, fueren católicas, protestantes u ortodoxas, se adecuó a la doctrina del modelo prohibitivo, el de los psiquiatras conservadores, más desobedecido a medida que los fieles se alejaban del más alto purismo.