Cuando se habla de realismo en verdad de lo que suele tratarse es del realismo objetivo, es decir, de poner la atención en las cosas exteriores a la propia subjetividad. El realismo subjetivo también existe, y contiene tanto a las cuestiones más concretas del cuerpo, que hacen a nuestro interior orgánico, como a las imaginarias. Las fantasías, por más falsas que sean, son reales porque son cosas, y a veces no es malo que sean falsas, como los sueños, pero en otras es necesario que sean verdaderas, o sea, que representen bien a los temas de que tratan.