Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 7 de abril de 2018

El mal propietarismo es una enfermedad social

La mala apropiación es consecuencia de la mala práctica de la más activa, a su vez dependiente de la mala ideación, que responde a los relatos míticos y a otras fuentes de violencia de índole conceptual, que las hay en el comunismo también, como la demonización efectuada por las y los comunistas, que fue bastante grande. Es una estigmatización de izquierda basada en la mitología diablera, de tradición amplia en la edad media, en particular entre los bárbaros, algunos de los cuales fueron satanistas. El satanismo atravesó tanto a las culturas clericales como a las bárbaras, y en los monasterios se presentó con las faltas a sus reglamentos, a las que los curas pensaron como provenientes de las tentaciones del demonio. La vida monástica es muy dura. Hasta se no se reconozca eso socialmente será más difícil resolver bien a la crisis histórica humana, porque su injusticia es parte de la histórica y porque repercute en la injusticia media y en la baja, pero ésta no es prioritaria, porque no es de las necesidades básicas: como lo alto repercute en lo bajo, la buena resolución de los déficits de lo bajo requiere de la de los altos. El capitalismo comunista es otro problema grande también, y está poco tematizado en las discusiones de la izquierda. La estratificación comunista no es jerárquica porque el comunismo es ateo, pero existe y hace a una diferenciación interclasial basada en la captación de las propiedades, entre las cuales están las más abstractas, que son las dinerarias. El orden propietario está establecido en la ley internacional, que es la que vigila el ejército y la policía, que son la fuerza armada mundial y que en general son inderrotables por las milicias populares, e incluso cuando se los derrotó tampoco fue una solución suficiente, porque falta la asunción social del problema religioso, condición indispensable para el buen socialismo.