Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 23 de abril de 2018

El discurso como propiedad comunicante

El decir es una propiedad porque la humanidad, al hablar, crea una propiedad. El discurso es una creación animal, como dicencia, en tanto lo cual es una propiedad. ¿Qué es el bien que se aparta, lo que se apropia, en el discurso? La material formal. El discurso es concreto porque es algo, e inclusive el de la materia más abstracta de las percibibles sin aparatos, que es la imaginaria. Al emitir los discursos los humanos transformamos la materia de nuestros pensamientos en una representación comunicante, que es hablada con la boca, se emite por el aire como ondas sonoras, sensibiliza a los tímpanos y es oída. El discurso, en sí mismo, es dicho, o sea que los otros modos comunicativos en verdad no son discursos, sino mensajes extralinguales: se les dice discursos por ser sucesores del acto de decir, modos de comunicarse comparables al del habla. En ese intervalo la materia cambia de forma por la acción humana, que algo es elegida voluntariamente, según una decisión expresa tomada en la conciencia, mucho de lo cual sucede desde la cúspide social hacia abajo, causando una opresión social por lo obligante que es esa orden, que es obedecida en crisis por la contradicción con las aspiraciones comunes, por su propia falencia y por su inadecuación a las circunstancias. La comunicación tiene una historia que es la de los seres vivos, que son los únicos que se comunican, tanto vegetales como animales. En la existencia todos los seres se relacionan, pero la comunicación es exclusiva de los vivos, e incluso transespecial. Para comunicarse, los seres vivos efectúan acciones, que implican la transformación de su composición interna y la de su exterior. Comunicar implica traspasar ideas, o sea, la generación en el ser mensajeado de una idea expresada por quien emita. El traspaso ni es todo perfecto ni nada existente. Es histórico. Entonces, el discurso es una propiedad en tanto que es una creación viva en la que un ser vivo crea algo de la materia con que cuenta. Esa creación tuvo intenciones. Mucho del discurso habido hasta ahora obedeció a intereses vitales. La intención es corporal. Responde al deseo, que también es natural. La intención y el deseo son naturales porque se dan en seres nacidos, pero eso no garantiza que sean buenos. El interés social de los seres vivos, que es a la asociación con todo tipo de seres, es asimismo natural, porque quienes nacimos somos seres naturales. El interés comunicativo existió en la historia, y algo se cumplió, incluso en la raza humana, porque las personas compusieron su práctica mediante palabras, aunque eso haya sido mediado por la violencia. En tanto que propiedad, el discurso humano comparte la violencia de las otras propiedades, que es la de la competencia entre los miembros de la especie, que coexiste con la colaboración. Son registros de la práctica contradictorios que persisten en crisis y que atraviesan a las clases aunque predominen distinto en cada cual, sin que se resuelva el asunto por la falta de su consideración explícita.