Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

martes, 17 de abril de 2018

La de los setenta y ochenta fue una guerra

La represión ejecutada por los ejércitos latinoamericanos formados en la Escuela de las Américas y dirigida desde el gobierno estadounidense fue guerrera. El movimientismo argentino no quiere admitirlo, pretendiendo hacer pasar al enfrentamiento como un ataque militar sobre población inerme, lo que tiene su lógica, pero incompleta. El movimiento guevarista fue guerrillero, por lo que las fuerzas populares conformaron guerrillas, que fueron apoyadas por gente común desarmada. Los argentinos de algunos de entre estos últimos fueron movimientistas pro-guerrilleros, simpatizantes de guerrillas socialcristianas, las peronistas de Montoneros, FAP y FAR, y de una socialista atea, la del ERP, que fuera tanto guevarista como trotskista. Entonces, se trató de una confrontación de clases mediada por ejércitos, de magnitudes y potencias muy asimétricas. El enjuiciamiento de los crímenes de guerra tiene que asumir, bien del todo, lo que pasó, no sólo para que se haga la justicia debida sino también para recalibrar la estrategia presente. Asimismo, el bando popular deberá admitir los crímenes de guerra que cometiera, que fueron mucho menores que los del privado, incluso para facilitar la elaboración social del debate necesario para el avance de la transformación revolucionaria.