Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 22 de mayo de 2020

El NCovi es de cámara

El coronavirus de la actual pandemia es aéreo y de reproducción laríngea, por lo que existe en el espacio urbano, sea donde haya casas, las famosas recámaras de la camaradería comunista, que en ese punto es burguesa. Tiene muebles de madera, sucedáneos de la construcción de los fuertes. Este virus también vive en los exteriores civiles, donde circula por un tiempo antes de descomponerse, durante el cual se contagia, por lo que en pocas ocasiones se asienta y replica, de a por decenas de miles, que pasan a circular por la tos y los estornudos y por la exhalación. Exhalar es contínuo, pero larga de a pocos viruses, mientras que toser y estornudar es raro, pero los expulsan de a muchos. Llegan a ser de a decenas de millones dando vueltas, y a cada quien que contagian le hacen de a decenas de miles más. Entonces, se debe desinfectar lo suficiente las ciudades, y ni así se lo controla lo que hace falta. Este virus resiste bien en los espacios cerrados y en exteriores, después de iniciar su dispersión desde la boca, por lo que se debe ventilar y desinfectar en especial los espacios tosidos y estornudados, pero a la vez los exteriores tienen especímenes flotando, que sobreviven por más tiempo cuando está húmedo. Los coronaviruses antecesores de éste se contagiaron sobre todo en invierno, permaneciendo en latencia durante los veranos adentro de nuestros cuerpos. A cerca de 0 grados se le congela el agua de adentro. En invierno, la temporada de eclosión de los viruses de la gripe y la neumonía, éstos quiebran la latencia y se expanden, causando las epidemias estacionales, por lo que es de esperarse que éste coronavirus haga igual, lo que hace que la vacuna sea necesaria para los viejos y quienes tengan las enfermedades que se tornan mortales al combinarse con la infección del nuevo coronavirus. Entonces, la reclusión tiene que contener la desinfección habitacional suficiente. Esa tarea tiene que ser prioridad urgente, más que la educación. Esta etapa es de subsistencia más que de progreso, por lo que se tiene que priorizar lo suficiente la subsistencia.

Las recámaras no sólo son las casas, sino los ambientes cubiertos, los lugares techados, como los aviones, barcos y autos. Se caracterizan por tener una temperatura mayor que los exteriores, por la calefacción de los ambientes y el calor corporal, pero el virus, cuando está en el aire, sobrevive más en el frío húmedo que en el calor seco, es decir, que se aguanta la calefacción para reproducirse, aunque le haga mal porque depende del agua. Se reproduce en caliente mojado y, una vez en el aire, sobrevive más según la humedad. Dentro del cuerpo humano, donde siempre tiene agua templada, debe persistir más que en el exterior. Las infecciones duran como dos semanas, en las que se establecen colonias virósicas de a miles de habitantes, a las que en general las defensas antivirales terminan dominando, pero en particular es muy nocivo, y al curarse el virus permanece sometido, teniendo la posibilidad de liberarse en brotes. El ARN matriz del coronavirus se rodea de agua recubierta por una piel que detrás suyo tiene más agua antes que la segunda piel, la de las patas con espigas. A la vez, el mantenimiento del ARN depende de que se rodee de agua, por lo que, si le falta el agua, se quiebra la cadena protéica, haciéndolo perecer, pero tiene doble reserva: la de la cápside y la membrana externa, por lo que sobrevive alrededor nuestro por horas y días. Es una pelotita invisible que sale de a por millones de los infectados, al exhalar, toser y estornudar, y que flota por el aire, al principio en gotículas de saliva, antes de pegarse a los cuerpos sólidos, pudiendo sobrevolar después, tras secarse de saliva, con cualquier corriente aérea. El cuerpo humano lo resiste, pero no siempre, por lo que muchas veces infecta mucho, y tiene una letalidad macrosocial. Es una tasa macrosocial baja, y el contagio también es de gran escala, en general de forma a y subsintomática. Causa una mortandad particular, de un grupo pequeño de la sociedad, pero tampoco se sabe en qué termina, además porque afecta a la economía, que es la base de la sociedad, a la cual pone en un brete serio, al complicar los vínculos interpersonales, todos los cuales quedan imbuidos de la desconfianza y la preocupación, muchas veces confirmada por contagios. Ya antes de la pandemia la economía era difícil de sostener, por sus muchas complicaciones y la explotación. Ahora se hace imposible, pero, no obstante, con mucha recesión pero persiste, recesión que igual hará falta, por lo exagerado del producto bruto mundial, pero no de esta manera.

La pandemia cambió a la especie. Le hizo dejar mucho la calle, reduciéndola a la subsistencia en privado, adentro de las habitaciones, y a la muerte. Los exteriores se volvieron más mortales que antes, sobre todo a la noche y en invierno. La humanidad analiza su muerte. Busca sobrevivir mientras que muere. Trabaja de luto.