Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

domingo, 17 de mayo de 2020

La filmación degrada al polvo de la pornografía

El que sea vendida da cuenta de la mercantilización del rubro, con su fetichismo diablero, pero no toda lo es, cuestión que tampoco termina de definir el asunto: a veces la comercial es mejor que la gratuita. Es un rubro laboral, con su compra y venta de servicios fornicantes y sus tareas no remuneradas. Entonces, las cogidas de las películas se hicieron muy trabajosas, incómodas para los actores, lo que le restó mérito, pero también que fuesen filmadas le sacó amor a la relación sexual, lo que en los otros trabajos sucede distinto. En conclusión, que la liberación de la pornografía depende de la liberación social. La actual es una pornografía muy pesada, hasta electrónica, con plástico, circuitos magnéticos, satélites, antenas de transmisión, filmadoras, cables de exteriores y entubados, corriendo por debajo de las veredas -hay uno de América a Europa, que cruza el océano Atlántico de lado a lado-, con prensa escrita, la de la industria papelera y la de tinta, ambas de explotación vegetal, así como animal, por lo que humana. Mucha gente trabaja de sobra para que se retrate el coito, por lo que lo tiene menos para sí misma. La pornografía debe ser buena porque no lo es. Es regular, en total, pero para llegar a buena la sociedad tiene que tener la razón suficiente, cosa que es imposible, al menos a corto plazo. En el inmediato ni que hablar. Para ser buena debe ser bien socializada, lo que requiere que la gente de teísmo equívoco adopte uno como que del todo verdadero, pero además depende de la autogestión social cierta, que se relaciona con el ideario de las personas, muy lleno de prejuicios falsos y de tabúes, prohibiciones mistificatorias primitivas que persisten operando como antecesor de las religiones actuales en tanto que no se les hizo la crítica social necesaria, es decir, que el retraso histórico respecto al comunismo bien terminado es mucho, ya que éste precisa que la sociedad entera tenga buena razón, cosa que no puede darse si la humanidad no resuelve bien la cuestión teológica, y en su totalidad. Para que el orden social humano sea justo toda la sociedad debe actuar bien, para lo cual toda tiene que tener buena razón, así como buena ley. Es la única forma. De otro modo se vive mal.

La pornografía, además, demanda industria automotríz, naviera, metalúrgica, agrícola, ganadera, y servicios, privados y públicos, que son los de las instituciones del gobierno, tanto como rutas, correo y demás, como cada rubro se interconecta con los demás, que en total hacen un conjunto muy sobreproductivo, al menos en algunos aspectos. Sobreproductivo es seguro, y lo debe ser mucho. Que la humanidad concrete bien sus deseos amatorios dependerá de la inteligencia que tenga, por lo que la especie querrá saber bien lo que es la realidad y la historia. Eso necesitará de la suficiente ecología, pero aparte plasmada en la ley, tanto como el socialismo y un cuestionamiento tolerante a la religiosidad vigente, así como autocrítico y atento a las críticas ajenas. También tendrá que haber resuelto bien la cuestión de género, los temas del arte y de la guerra, y así las otras. A su vez, la justicia sexual exigirá medir bien las prácticas sexuales, que encima son compelidas, y de las que gran parte de la humanidad se priva por decisiones crédicas, o las padece, o las entiende mal, desde relatos míticos, lo que redunda en una expansión notable de la violencia sexual lesionadora, muy permeada por la estigmatización diabólica ante la infidelidad a la norma constitucional, cosa que se deberá entender para parar -aunque no del todo, eso requerirá de otras cosas-, los crímenes conyugales, en especial las mentiras, trompadas y asesinatos, que suceden en masa sin que el periodismo explicite su relación con lo que se dice la "metida de cuernos", es decir, la imaginación de los humanos como seres cornudos, asociada a la transgresión a la fidelidad legalizada en lo que hace al matrimonio, y que apareja desprecio social. Cuando se desobedece a la monogamia, se tilda al engañado de cornudo y a quien engaña de puto, y de cornuda y de puta, también entendiendo esto con mala semantización, con el significado erróneo, de forma polisémica, algo incoherente y mal etimologada, es decir, que la desobediencia a la ley matrimonial es concebida en formas sufrientes, en vez que vérsela de verdad, porque la óptica de la ley es mistificatoria, pero tampoco lo ilegal es necesariamente legítimo, o sea, que se debe honrar la ilegalidad, algo mal promocionada desde ciertos discursos críticos al sistema predominante, el principal, el de mayor rango legal en las relaciones internacionales, que es el liberal, pero el libertario tampoco es bueno del todo, por lo que requerirá de la transformación que merezca. El bloque comunista tampoco es homogéneo. El llamado bloque comunista, el liderado por China, no es del todo comunista en su base. Es más, tiene mucha gente que es de religiones teístas y espiritualistas, que son perseguidas por el gobierno no sin faltas, hasta de las graves, pero el gobierno comunista tiene el derecho de enfrentar el debate téico, y con la potestad de exigir correcciones si tiene la suficiente razón, así como el deber de enmendar aquéllo en que no la tenga. De igual modo, el bloque liberal contiene a comunistas en la base y a veces en el gobierno, al modo socialdemócrata, en grupos que distan de interrelacionarse bien entre sí, por temas de teoría, estrategia, infiltración militar y brutalidad, entre otros, cruzados por la barbarie de la época. No está bien resuelta la competencia electoral, lo que impide componer un bloque progresista estable, de cuerpo social sólido, cuya intensidad revolucionaria depende de muchos factores, internos y externos, ya que el conservadurismo lo atravesaría, porque gran parte suya sería teísta, con las consecuencias que eso tiene para elaborar la práctica, en particular la política, que contiene muchos subtemas sobre los cuales se opina siguiendo las concepciones del mundo que se tengan, y tampoco lo conservador es siempre malo.