Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 21 de mayo de 2020

¿Trump tomó sol con anteojos oscuros?

La apariencia de Trump tiene el borde de los ojos claros y la tez bronceada. Es muy preocupante que el presidente de la principal potencia terráquea tenga esa cara, más en este marco, de crisis histórica grave y con pandemia. El mayor peligro es que, en su declive, la civilización estadounidense, país dirigente del cristianismo, las potencias mundiales entren en guerra mundial, lo que puede ocurrir por la competencia entre los credos, en que la lucha de clases se expresa deformada, como la rivalidad internacional entre las potencias, agrupadas en conjuntos clericales, con la excepción del ateísmo, que no tiene iglesias, pero sí asambleas, permeadas por la infiltración militar, que se da en masa por todo occidente, donde infiltrar partidos y asambleas es frecuente, el equivalente liberal del comisariado comunista. De ahí que los movimientos y las organizaciones de la izquierda hayan sido intervenidas por las policías secretas de sus países, cuestión que tiene siglos de vieja, ya que en la monarquía hubo la policía secreta, y antes otros modos de espionaje del gobierno a los grupos de críticos comunes, salidos de los palacios de gobierno, que tienen sus sedes y subsedes. Aparte está el consumo de drogas en gran escala, con toneladas de tabaco, cocaína, marihuana, mate, café y té, además del alcohol, el ácido lisérgico, las anfetaminas, los hongos, el éxtasis y otras, al que la clase predominante también realiza, incluso en el mando institucional, aunque en el clero no tanto, porque en él se consume sobre todo vino, tabaco, té, café y mate. Mientras que los gobiernos sean de una sociedad sin la razón suficiente el sistema fallará, y cuando tiene mala razón el poder ejecutivo interviene en las organizaciones obreras con soldados del ejército y policías encubiertos, los que suman de a miles por país, dedicados a diferentes tareas de espionaje presidencial, que se entremezcla con la influencia del empresariado elitista, que  sucede mucho en encuentros en privados, los cuales son secretos. Por eso es que no se sabe mucho de las operaciones de espionaje, un pecado político que deberá dejar de ser, como así también la mala razón del pueblo, ya que cada actor social tiene algo de maldad, lo que se da de foma absoluta en la sociedad. Cada actor social tiene su cuota de mala razón, a la que se tendrá que reconocer como se debe para que la especie alcance la buena vida. Es la única manera y de otro modo no saldría, y no bastaría sin la reforma suficiente de la clase alta.

A nivel de los credos está el cristianismo, el islamismo, el hinduísmo, el budismo, los primitivos, los ateos y algunos más, que en política oscilan entre el liberalismo y el socialismo, polos fusionados en el centro, donde se da el liberalismo progresista y el ateísmo moderado, que se vinculan a las clases sociales con militantes transclasistas. Algunas de sus corrientes son de ultraderecha, como la yihad islámica, el Opus Dei y la Acción Nacional Católica, que hicieron no sólo al nazismo y al fascismo sino a reacciones menos fuertes, como la del franquismo y las dictaduras militares anticomunistas, así como al fundamentalismo musulmán. Son antitéticas a la ultraizquierda, también con genocidio humano, que en la izquierda se concentran en un subtipo del leninismo, el estalinismo, pero también en el maoísmo y el hochiminismo, marxismos que aspiran a la dictadura obrera con gobierno unipartidario, existiendo esto de manera dispera en el anarquismo, aunque también grave por su permanencia y su poco reconocimiento, de lo que la socialdemocracia tampoco está exenta, ni ninguna corriente del todo.

El tema de la dictadura proletaria deberá ser bien definido, ya que, de existir, fracasará por injusta. El dictado, como decir, es social, así que tratar de imponer el de una clase lleva a perder, pero entonces se debe honrar el dictado de la sociedad, ya que dista de ser suficiente para facultar la solución necesaria para la crisis histórica. Sin embargo, lo legítimo del leninismo tiene que prevalecer expuesto en la constitución, por su bondad para la humanidad. También tiene que ser repensado el sentido de la vida, el para qué se vive, ya que si se le enseña a la gente que hay que sacrificarse para ganar el cielo tras la muerte se impide bastante el orientarse para hacer buena la existencia social en vida. Ahí el pueblo tendrá que optar entre lo que se estima como vivir para salvar el alma, con una doctrina sobre el pecado de índole mítica y fundamento hipotético, que condena mal al placer, o hacerlo para resolver los delitos de la propia especie, lo que influye en el alma y en el recuerdo que se le deja a los sucesores, que es lo que queda de cada quien en verdad después de morir, así como las obras, entre las cuales las de crianza.