Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 20 de abril de 2017

Conocemos leyes y elementos

Además de cosas duras, los humanos conocemos leyes, no sólo las leyes generales, esas que son más o menos universales y que aplican para muchos casos, como la ley de gravedad, sino también leyes intermedias y particulares. Las leyes, antes de ser conceptos en el cerebro de las personas, son ligas entre los elementos. Los elementos tienen ligazones entre sí, que son históricas, duran lo que duran y cambian lo que cambian, y al estudiarlos los humanos reconocimos a algunas de ellas, y las postulamos como leyes científicas, pero lo mismo debe valer para el conocimiento común, que representa relaciones más particulares que intermedias, o generales, y que es muy importante para la vida de las personas. Es un saber científico importante, que no está bien reconocido como tal, y es científico porque es discirniente, aunque no tenga un método formalizado. La representación subjetiva de la realidad objetiva es histórica, se hace de facto, y es corregible cuando tiene errores.

La palabra “elemento” puede que provenga de “ley”, en el sentido de “liga”, porque su lexema es el de “le” y porque los elementos suelen ser ligazones de cosas más chicas, pero tal vez esto no sea así. Hallé que el “le” de “elemento” viene del vocablo “letra”, y no sé si ésta última tiene relación etimológica con el de “ley”, aunque la relación histórica entre ambas es clara, pero eso es insuficiente para concluir la hipótesis.