Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 22 de abril de 2017

De la superestructuralidad del debate político representativo

¿Cómo puede ser que hasta ahora el socialismo no haya reconocido el apoyo proletario al sistema vigente? El socialismo dio por sentado que el proletariado le respondería bien y mayoritariamente, lo que sucedió a veces, pero fueron las menos. Las más de las veces el proletariado optó por partidos y listas religiosas y procapitalistas. No obstante, las críticas socialistas no se le dirigieron, sino que se centraron en las fuerzas dirigentes, en las autoridades representantes, electas mediante el voto, fueran ellas de otras organizaciones socialistas o de las capitalistas. El debate quedó acotado al nivel superestructural, el de la clase política representativa. El sistema electoral, presente en el gobierno, en los sindicatos, en los centros de estudiantes y demás organizaciones sociales con autoridades electas sufragísticamente, configuró un esquema social en el que la infraestructura se compone de representados y la superestructura de representantes, que, como se disputan la intención electoral, compiten entre sí, y el debate político se centró en esa competencia, por lo que la infraestructura quedó bastante exenta de crítica. La infraestructura debe ser criticada, aunque eso sea piantavotos, restante de votos, porque es muy importante, ya que entenderla mal conlleva a la fragmentación del democratismo, y del socialismo en particular.

Al anarquismo le sucede algo parecido, aunque no participe tanto del sufragio, porque es bastante representativo. Los anarquistas escriben, y buscan liderar a las masas, así que se ponen en una instancia de superioridad al común de las personas.