Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

lunes, 24 de abril de 2017

De la disolutividad anarquista

El anarquismo fue disoluto a veces en el doble sentido de transgredir a la moral frecuentemente y en el de propender a la deshicencia, o sea, de ser disolvente, lo que en muchas ocasiones hizo de mala manera, por un fanatismo destructivo, que al moderarse no quedó exento de peligrosidad excedente, lo que impulsó a algunas personas a alejarse de los anarquistas, por temor a ser heridas. La falta recurrente a la moral dominante debiera ser bien hecha por el anarquismo, ya que es posible hacerlo legítimamente, lo que requiere respetar sus aspectos razonables, y la socialidad que les falta podría ser adquirida mediante el establecimiento de relaciones de crítica justa con las demás personas, según fuere.

La disolutividad anarquista se funda en lo idealista de su radicalidad. Ante las cuestiones sociales, tienden a adoptar la postura más extrema, sin atender lo debido a los otros temas que hacen a su resolución, por lo que, muchas veces, terminan dificultando su tratamiento. En términos políticos, esto ha favorecido al restraso social, porque al recusar al gobierno y al reformismo, y a las organizaciones que participan en ellos, le restaron fuerza al progresismo, lo que favoreció a los conservadores, pero, no obstante, el anarquismo es progresista, porque es de izquierda. Como le pasa bastante a la izquierda en general, es de un progresismo que se contraría a sí mismo cuando sostiene planteos equivocados. Este asunto es difícil del resolver porque no hay una conciencia social clara de qué es el progreso, por lo que las personas que adscriben a él, o a sus variantes con otros nombres, ejecutan políticas aleatorias, avanzan intuitivamente, direccionándolo mal y retrocediendo muchas veces, lo que daña, confunde y genera discusiones, cosa que fragmenta al democratismo.