Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

jueves, 20 de abril de 2017

La fenomenología, poco táctil

La fenomenología es la ciencia sobre el aspecto de las cosas, y es similar al fenomenismo. El prefijo “fe” viene del vocablo griego “phao”, que se refería al fuego y al que los griegos antiguos utilizaron para hablar de la apariencia de las cosas. De allí que en esta ontología predomine el sentido visual como fuente del conocimiento. Es escaso, si es que lo hay, el tratamiento de las sensaciones táctiles, olfativas o gustativas, y no tanto el de las auditivas, y, en verdad, el conocimiento sucede de manera integral, con los sentidos y el pensamiento puestos en acción al aprender. Asimismo, la fenomenología no tiene una comprensión completa de la corporalidad cognoscente, ni de su historicidad. Se acota a las imágenes y el pensamiento, y a veces llegó a negar la posibilidad de comprender las cosas, o hasta su existencia misma. Es el delirio al que la llevó una mala entelequia. Las personas que no estamos metidas en esos razonamientos mal sofisticados sabemos que las cosas existen y que las conocemos corporalmente, aunque no hayamos discernido mucho la cuestión, así como que el conocimiento responde a nuestras necesidades históricas, aunque no lo haga siempre.

La censura académica permite hablar de la ontología, pero también debiera poder hablarse de “serología”, y de “cosalogía”. porque son palabras que definen bien a su objeto. Esta censura responde a los malos juicios científicos, que se pervirtieron porque no siempre pudieron establecer bien la objetividad del mundo, exterior e interior, por haber estado atravesados por las concepciones religiosas y por otras concepciones fallidas, como las subjetivistas. La subjetividad, en realidad, también es cósica, porque el interior del cuerpo se compone de materia, tanto biológica como psíquica. El dualismo entre lo subjetivo y lo objetivo puede ser mantenido, pero si se entiende a la subjetividad como la corporalidad humana, en sus aspectos tanto tangibles como imaginarios, y a la objetividad como el mundo exterior al cuerpo del ser conociente. Así, se puede dar cuenta de la materialidad más concreta de la subjetividad, a la vez que de la abstracta, y de la externa.