Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

viernes, 14 de abril de 2017

Del imperialismo

Hay un debate sobre cómo caracterizar al imperialismo, al que no puedo resolver, porque no conozco tanto, pero sí sé que a este hecho histórico hay que analizarlo de manera integral, o sea, dándole a los factores de medición, como la preponderancia militar, o económica, o política, un valor acorde a su incidencia histórica, ya que la incidencia de los factores varía históricamente, aunque tenga constantes estructurales, que también cambian pero a largo plazo, y según sea. Además, hay que establecer una gradación entre imperialismo alto, medio y bajo, con subclases intermedias y en transformación histórica, y eso en el marco de un análisis naturalista, porque el imperialismo intrahumano se basa en el ejercido por sobre las demás especies vivientes, e inertes, y a su vez dentro de cada potencia nacional hay predominancia clasista. El análisis tiene que dar cuenta también de los rangos menores de cada escala y de sus características, porque hasta ahora viene centralizándose descompensadamente en la gradación superior, sirve para plantear el antimperialismo principal pero impide concientizar para la política entre los países sometidos, y criticar los sometimientos menores. Incluso dentro de las naciones hay imperialismo, en el sentido de predominio, como el de las grandes capitales por sobre el interior, o las ciudades chicas: es un imperialismo intranacional. El tema es bastante complejo y hay que saber lo suficiente de su historia y de la historia humana para dilucidarlo, además de articular el inter con el intranacionalismo, y el clasismo sociohumano, e incluso así no bastaría para completar el análisis, que tendría que incluir a las otras cuestiones: la genérica, la racial y demás. Este análisis requiere de una elaboración humana conjunta: no hay científico, por más dotado que esté, que lo pueda completar, ni siquiera trabajando en equipo, porque la cantidad de información es demasiada para un grupo de personas, pero, no obstante, los análisis hechos hasta ahora tienen su validez, bastante grande diría yo, aunque no estoy en tema lo debido. La división del trabajo social también está trayendo problemas en el ámbito científico, porque especializa la investigación entre universitarios, pero eso es algo a lo que tendremos que soportar, porque no se la puede resolver fácilmente.

La mundialización del capital no terminó con su nacionalismo, pero lo reformuló. Los capitales se trasnacionalizaron manteniendo sus sedes matrices en sus países de origen, aunque pueda haber excepciones, y estos países suelen ser los de las potencias centrales, aunque también, en menor medida, lo son de potencias medianas y pequeñas. Se configuró un capital trasnacional acorde con el imperialismo existente. Los empresarios capitalistas no prescindieron del todo de su cultura de nacimiento: mantienen muchas veces su lengua, su cultura alimenticia, su residencia, sus relaciones de parentesco, y así, pero en el marco de la trasnacionalización, o sea que su cultura también mutó en algunos aspectos, lo que no basta para decir que sean globales, porque su historia personal no abarca a los distintos países por igual, sino que prepondera a las capitales de los países centrales, y de los periféricos con que se hayan asociado, esto en general y con variantes particulares. Los capitalistas no prescindieron de su historia nacional por hacerse trasnacionales, que ya de por sí estaba acotada a los hitos del exitismo capitalista, e incluso su historia trasnacional también es concreta. Estuvieron en las partes que estuvieron de los países en que estuvieron, y las veces en que lo hicieron, y en otros países no estuvieron, y cuando se fueron a otro lado no estuvieron más ahí. Asimismo, su desnacionalización relativa no es mala en sí misma: lo malo es su maldad.