Entre otras cosas, es para criticarlo bien, porque tiene muchas faltas. Es una obra en proceso, o sea que las notas fueron retocadas, y reiteran varias veces los mismos temas. Para escribirme, hacerlo a juanchaves.baires@gmail.com.

sábado, 1 de abril de 2017

La intimidad de la clase capitalista

Ya señalé el tema antes, pero insisto. Para el progresismo es necesario conocer la intimidad de la clase capitalista, su cultura interna, porque la práctica capitalista responde a factores históricos que la impulsan, por lo que hay que conocerlos para operar bien al tema. La clase capitalista, hipotetizo, padece traumas psicológicos por la cultura religiosa estricta, proclive al acoso y a la culpabilización a quienes se salen de sus cánones, por lo cual a los capitalistas y a sus sirvientes más próximos, pienso en sus empleados obsecuentes, los mejor pagos, les es difícil rebelarse contra las injusticias que cometen, por el temor de ser castigados, o abandonados en la miseria. Seguro que temieron que sus almas se les fueran al infierno para ser supliciadas eternamente. También que los agarraran los luchadores y los mataran, o los golpearan, o los humillaran malamente, y así como eso están las preocupaciones frecuentes de los negocios, que, como son competitivos, están llenos de peleas, y los que pierden quiebran, por lo que los capitalistas y sus allegados se asustan, aparte de tener que responder ante la justicia, que ordena su actividad con muchas leyes y reglamentos, que aunque sean malos e incumplidos existen y les pesan como amenaza, y tienen que lidiar con sus problemas personales y familiares, su salud, la política y demás. De allí que estén traumados, por lo que les cuesta atender a las razones proletarias cuando se les exige, y esto no quita que también tengan malas ambiciones de poder y enriquecimiento, o deseos de venganza, que son falsos porque no los hacen felices ni les permiten resolver bien sus problemas, pero que existen, lo mismo que sus boicots al democratismo, su manipulación y sus estrategias belicistas. Entender a la clase capitalista no debe conducir a la indulgencia con ella, sino a una práctica resolutiva del problema que crean, que sería simultánea con las maldades y bondades proletarias.